martes, 26 de julio de 2016
Sleep time
El recuerdo mil veces manoseado de esa insinuación repentina y tardía reavivó un fuego que ya creía apagado y, sin planearlo, me quedé dormida fantaseando con el movimiento de su cadera contra la mía, flexible y elástica, sintiendo cada músculo de su cuerpo, su pierna entre las mías, sus manos suaves y su rostro distractor, concentrado, rezumando seguridad y sensualidad. El sueño continuó lo que mi fantasía nocturna había empezado y me encontré dibujándonos en escenarios conocidos y por conocer a lo largo de la noche, mi cabeza recreando la ardorosa pasión de mis recuerdos reales con su rostro y sus manos. Me desperté como si de una siesta se tratara, culpable y anhelante.
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