Debí verlo venir. Cuando me pidió hablar a solas, yo no sospeché nada. En toda mi voluble "inocencia" o lo que quedaba de ella, jamás pude pensar que acabaría por ponerse a tartamudear y a balbucear. Se puso rojo como un tomate ante mi desconcierto, y cuando el rubor de disgusto coloreó mis mejillas, él no lo interpretó como debía. Un gemido ininteligible sonó a "Quieres salir conmigo" mezclado con una serie de chorradas cursis, y al abalanzarse sobre mí, para besarme, supongo, tropezó. Como acto reflejo, yo di un paso a la derecha y esquivé su alto y pesado cuerpo, que cayó sobre el empedrado haciendo mucho ruido. Él maldijo entre dientes y emitió un quejido, mientras intentaba incorporarse. Yo murmuré una disculpa y una excusas atropelladas...¿O quizás no lo eran? A mí me gustaba alguien. Por soñar...
Así que me di la vuelta y casi salí corriendo, antes de que pudiera detenerme e insistir en su digna autocompasión. Probablemente lloriquearía hasta conseguir otra joven inepta para perseguir.
Me alejaba, perdiendo el resuello, salvando mi corazón de piedra de otras almas también echas pedazos.
On the boulevard of broken dreams...
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