Los días se tornaban oscuros, y llorar sustituyó a cualquier otro hobbie. Nada de comer. Nada de dormir. Una mueca donde antes hubo una bonita sonrisa. Lágrimas y ojeras donde antes hubo arrebol. Gesto crispado y triste donde pudo apreciarse, tiempo atrás, ingenua felicidad.
Todo había cambiado, todo estaba muerto.
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