miércoles, 26 de mayo de 2021

Pretérito imperfecto.

    Esperaba estar más triste y casi me sorprende no estarlo.

¿Que qué siento?

No lo sé. Una mezcla extraña de nostalgia y resignación. Como un duelo, como un luto. Como alguien que muere, no como alguien que se marcha..., porque quien quedó no fue la persona a la que yo amaba.


Thirteen outta twenty-six.

Me siento como si esto fuera un trabajo del colegio que no he entregado a tiempo. Lo que más me frustra es la certeza de que el resultado de este ejercicio habría sido radicalmente diferente de haberlo escrito hace cuatro o cinco días, cuando aún mantenía viva la esperanza de poder cambiar algo, la ilusión..., pero no. Las cosas no siempre salen como uno desearía y es un hecho que no llevo nada bien el rechazo, cosa muy común entre los que hemos sido siempre buenos estudiantes.

Pero las cosas no siempre salen como uno desearía y he dejado esto para el final. Así es como me siento ahora y así es como va a salir esto.

Así que allá va...



Querida yo (del pasado):

Me gustaría decirte que han cambiado muchas cosas, de forma vertiginosa, pero tres años son poco tiempo para llegar a donde quieras.

Sí, donde quieras, y no donde quieres, porque debes reconocerte a ti misma que no sabes qué quieres hacer con tu vida. Sé que piensas que has decepcionado las expectativas que otros habían puesto en tu talento, tus capacidades y tu presunta inteligencia, que te sientes anodina y fracasada; pero mi consejo es que empieces a vivir conforme a tus propias expectativas y seas un poco más paciente. Roma no se construyó en un día.

Dedícale tiempo a las cosas que importan, que te gustan y que te hacen feliz. Olvida el dinero, el ascenso, la productividad, el trabajo. Olvida todo eso y déjate de mirar oposiciones a la UE y másteres en marketing cuyos nombres lo único que te inspiran es sueño. Acaba tu especialidad en lingüística y a otra cosa, en serio..., solo así llegarás a la universidad.

Y no será fácil. El TFM te recordará a la odisea del trabajo de final de grado, solo que mucho, mucho más grande. Y serio. Y te sentirás genial cuando acabes y te involucres en el programa de doctorado, y disfrutarás tanto que ni siquiera te importará no conseguir una plaza de ayudante-doctora en el primer o en el segundo año. No pasa nada. También se te olvidará en algún momento esa tenaz ambición tuya de ser Coordinadora en Sitel, afrontemos que buscan perfiles muy muy específicos y, a pesar de tu sobrecualificación para el puesto, no te acercas ni lo más mínimo a lo que necesitan. Pero respira hondo, porque ser TM de un puñado de teleoperadores cotillas no es tu sueño ni tu objetivo principal y aprenderás a gestionar el rechazo.

No será ni lo más bonito ni lo más difícil que te depara el futuro, te lo adelanto; se vienen cosas preciosas y si algo sabemos es que Diego y tú sois muy intensos. La casa es un proyecto muy real y muy, muy cercano. Es un adosado en las afueras del Aljarafe, no es muy grande, y necesita algunas reformas, pero tiene mucha luz y no falta mucho para que persigáis a un par de piececitos por entre sus rincones. Será un lugar feliz, un hogar donde refugiarse, soñar, planificar, celebrar y lamerse las heridas cuando toque.

No tengo mucho más que decirte, solo que vayas dando pasos pequeños y seguros. No te rindas, sé que no lo parece, pero es una racha. Seguirás dudando de ti misma y estando hecha un lío en muchas ocasiones, pero no te rindas, persevera... y llegarás. Más pronto, más tarde, más al norte, un poco cansada, pero llegarás.

Bebe mucha agua, cuidado con el sol y di que no al corte sirena y al escote palabra de honor para el vestido de boda.


Sin otro particular,

Yo (del futuro hipotético)

martes, 25 de mayo de 2021

Upcoming.

 Que tengo una gran memoria y fijación para las fechas señaladas es un hecho. Me sirven para diferenciar periodos y comprender cambios, aunque no sé en qué medida no se trata de una excusa para darle alas a una de mis muchas obsesiones. Hoy, por ejemplo, se cumplen 4 años desde que Taiwán se convirtió en el primer país asiático en reconocer legalmente el matrimonio homosexual, lo cual me recuerda que todos los días hay cosas buenas que celebrar.

Las que mejor se me dan, como es evidente, son las fechas tristes.

Pero, ¿en qué momento se convirtió un día tan especial en una fecha triste? no lo sé muy bien. Ya no le echo de menos, si es lo que te estás preguntando, simplemente creo que se debe a una cuestión de esperanzas e ilusiones frustradas. A lo mejor se debe a que se presentara a nuestra última comida "celebratoria" con vaqueros y sudadera, o puede que el hecho de que mi regalo por el tercer aniversario llegara un año y medio tarde. No lo sé. No creo que los hechos, el dinero o los bienes materiales sean tan significativos como la aparente falta de interés que demostraba en el asunto. No puedo recordar que hiciéramos nada especial, nada que me robara el aliento. Aunque, claro está, tampoco puedo decir que yo sí lo hiciera por él.

Quizá todo se resuma a eso. Es el aniversario de muchas expectativas sin cumplir. El recordatorio del amor que se me estancó dentro, de las flores que nunca me regaló, de aquel anillo de latón tan malo que se me combaba en los dedos solo por la postura natural de mis falanges, perdiendo toda la pedrería por el camino. ¿O eso fue en san Valentín? ahora ya ni idea..., a aquello también acudió sin arreglarse lo más mínimo y de nuevo elegí yo el sitio y la hora, así que confundo fechas y acontecimientos.

Esta fecha ya no debe decirme nada. Ya no significa... nada.

lunes, 17 de mayo de 2021

H u n g e r

 Me consume el hambre, me consume la debilidad, me consume el ansia.

El de no poder dejar de pensar en lo mismo, de contar mentalmente, de relajar la postura, de vigilar qué se marca y cómo.

El agujero negro de mi estómago empieza a doler, y cuanto menos como, más me pide. Sueño con comida, pienso en comida, anhelo comer todo el tiempo; y nada me aterra ni me agobia más. Lógicamente sé que no es humanamente posible que me sienta y me vea tan terriblemente mal en cuestión de... ¿tres días? pero aquí estamos. Rolliza, blanda, fofa, ansiosa. No me entra oxígeno en el cuerpo, ¿cómo me va a entrar comida...?


... pero lo hace. A raudales. Que alguien me ayude.

Dear 20 y-o me...

Cristina:


    Soy yo... O tú, más bien; y he venido a decirte que no desesperes. Sé que ahora mismo estás muy cansada y decepcionada contigo misma, y por eso mismo he venido a ayudarte.

De poco me sirve decirte qué tienes o no tienes que hacer. En primer lugar, porque te (me) conozco, y sé que jamás escarmentamos por cabeza ajena. En segundo, porque soy un resultado de lo que tú has hecho y has decidido, y no puedo cambiar el pasado.

Mi primer consejo para ti, mirando tres años atrás, es que dejes de pensar tanto en lo que ha ocurrido con tu estancia en Japón. Hiciste lo que sentías y no pasa nada, perdónate y recuerda que nadie te exigía nada. Ni que fueras, ni que te quedaras; no pasa nada. Sé por qué has hecho lo que has hecho y déjame decirte que, a pesar de que las cosas no hayan funcionado, a día de hoy no me arrepiento de nada porque la vida es muy larga y da muchas vueltas, y tendrás la posibilidad más pronto que tarde de terminar lo que empezaste. Si algo eres (soy) es cabezota.

Sé que piensas que no lo has hecho bien, que no has sacado todo el jugo y provecho que la situación ofrecía. Te culpas de no haberte involucrado más con los japoneses para desarrollar un nivel conversacional más elevado, ¿no es así? bien, déjame decirte que no puedes obligarte a que te guste la gente. Punto. Igual que no puedes fingir que los amigos de tu novio te caen bien solo con cuentagotas y que su familia te deja agotada, igual que yo no puedo fingir que trago a una de las mejores amigas de mi marido. Vivir en Japón no ha sido fácil y te has rodeado de las personas que te hacen sentir bien, ¿qué más quieres? ¿qué importa cuál sea su lengua materna, a fin de cuentas? Además, por darte un adelanto, déjame decirte que eso no te dificultará encontrar empleo y casi sin buscarlo (cof, cof...)

Por otro lado, me gustaría mucho recomendarte que disfrutaras más de la vida. Crees que las cosas son complicadas, pero déjame anticipar las curvas que se avecinan: dentro de no mucho estarás trabajando a tiempo completo en un turno de noche, así que aprovecha ahora que tienes un ciclo normal. Este es el último verano (de momento, que yo sepa) que vas a tener tres meses de vacaciones y podrás pasar todo el tiempo que quieras en la playa con tus padres porque papá está a punto de jubilarse, y eso significa que solo planea volver a Sevilla para cubrir las guardias. En serio, deberías exprimir cada momento. 

Ponte guarra a comer, total, qué importarán dos kilos más o menos en septiembre, cuando empieces el viaje más complicado de tu vida..., porque, sí, amiga, no te haces a una idea del aspecto que tendrás dentro de tres años. Eres casi normativa (con ropa, no flipes), no te digo más. Este verano tomarás la decisión de quitarte el estigma de encima, y antes de que acabe el año, te habrás sacudido casi 20 kilos de encima. No va a ser fácil: el hambre nunca habrá dolido tanto, y sí, sé que hemos estado hasta 4 días sin comer, pero te prometo que esto es peor. Dolerá más en el alma que en el cuerpo, pero te dará nuevos motivos para estar orgullosa de ti misma..., y también te lo pondrá difícil para quererte. Te echarás la culpa de muchas cosas, de nuevo, pero no olvides agradecer la labor de las personas que te apoyan. No olvides que por ellos estás donde estás, y llegarás a donde quieras y puedas llegar.

Y sí, he dicho puedas. Al contrario de lo que piensas y te han enseñado, no eres invencible, lo siento. Esto es algo que estoy aprendiendo yo misma, ahora, y no se trata de ponerte techo: tienes que aprender a delegar. Tienes que aprender a confiar en el criterio ajeno y a pedir ayuda. De verdad, no hay necesidad de llevarlo todo adelante sola, sacúdete ese "yo puedo sola" o "yo puedo con todo" que ambas repetimos como si fuera un mantra que intentáramos no olvidar. A veces no podemos, o no queremos afrontarlo de esa manera y no pasa nada. Sé que ahora mismo no tienes al lado a una persona en la que sientas que te puedes apoyar, pero llegará alguien que desmontará muchos prejuicios y reforzará aquello que has aprendido de papá y mamá: que la cooperación es la clave de que una familia funcione. Porque se va a convertir en tu familia y te hará sentir en casa, es una sensación maravillosa.

Tienes la capacidad de ser como quieras ser. No dejes que te definan. Llegará el momento en que alguien a quien quieres con locura te haga pensar y sentir que ni siquiera eres buena o digna, pero confía en tus instintos y haz lo que sientas, porque si lo sientes, es real. Recuerda que siempre hay más de un lado de cada historia y quien te respete y te quiera se parará a escuchar lo que tengas que decir.

No sé qué más tengo que contarte. A fecha de hoy, mayo de 2021, tienes una gatita de un mes llamada Leia (porque verás Star Wars y, contra todo pronóstico, solo te quedarás dormida 7 veces en el proceso), vives por tu cuenta, estás enamorada, te gusta salir a correr (sí, en serio, te lo juro) y conduces un Volkswagen pequeñito, blanco. Ha habido una pandemia de un virus mortal, pero en casa todos están bien. Mamá sigue viva, pero el abuelo ya no, y agárrate porque eso va a ser muy duro. Estás cursando un máster sobre aquella disciplina que te gustó tanto en Japón y planeas doctorarte en feminismo y literatura. Has leído libros geniales..., y los que quedan. Vas a terapia.

Agradece, cuida y ama mucho. Despega la vista del ombligo. Pon los intermitentes para salir de las rotondas, no me seas kamikaze. Ponte mascarilla. No rechaces los sueños solo porque parezcan difíciles. Intenta ser feliz, que es un trabajo de todos los días.

Y ánimo.

Three years from now? Who knows!

    Algo que tengo muy presente de la última vez que fui a terapia es que el proceso off-session es tan importante como lo que se habla en el sofá, de modo que abrazo los deberes con la dedicación de una buena estudiante. Me gusta leer y aplicar conceptos, digamos que es un paradigma conocido y familiar que me resulta reconfortante.

Eso no lo hace fácil, por supuesto. Pero mi determinación es firme.

Una de las cosas que se me ha quedado de aquellas aburridas y largas mañanas de hace 10 años eres precisamente tú, blog; o la costumbre de reflexionar y racionalizar emociones a través del proceso creativo, y sin embargo..., estoy en proceso de bloqueo creativo.

La tarea es sencilla: sitúate dentro de 3 años, entre los 26 y los 27, y escríbele a tu yo de ahora. Dile qué estás haciendo y qué claves te han ayudado a llegar a donde estás. Pero, ¿cómo me posiciono en un futuro incierto que no me llama ni me motiva nada? en parte siento que estoy haciendo precisamente lo que mis hermanos criticaban de mí hace ahora un año: me refugio en la cómoda idea del panorama doméstico, en el matrimonio y la maternidad, para obviar las incertidumbres de un porvenir que no sé cómo afrontar. ¿Son mis sueños, o son sueños aprehendidos, hendidos a fuego en el cerebro por la tradición familiar?

Así que he pensado que podría empezar por sentar las bases y hacerlo un poco más real: ¿Qué tendría yo que decirle, a día de hoy, a la persona que era hace tres años?

domingo, 16 de mayo de 2021

The origins

 What am I gonna talk about? where does it all start? hard to define its origins, since I can't really shake the feeling that it was always inside of me - that makes me defectuous, for instance.

Where to place it? was it the fact that I was completely terrifyed of food for like 13 years?

Was it my mom's own relationship with food? was it seeing her forcing herself to throw up what shaked this feeling inside of me?

Was it growing up chubby, ashamed of my appearance, mocked by other kids?

Was it all the negative sexual attention towards my body? 

Was it my weight loss journey?

Is it all the pressure I get from my family, in very diverse directions?


Where did I ever go wrong? or... where didn't I

Five years ago, today.

    Time goes by quickly, they say, but anyone sane would disagree on this. Time goes by at its normal speed, you're just either too happy or too busy - and I dare say it's probably the second - to reflect upon it. Once in a blue moon, when there's actually some time to look around and start notizing the world around you, you realize everything's changed.

In my case, I'm normally just too aware of the future. I feel the constant pressure to do things faster and better than anybody else, like in a competition. It's frustrating, trying to adapt to a timeline that's not always crear, precise or organized - and it's entirely my fault.

In any case, there's a blue moon tonight, sort to speak. Looking at the calendar, I was stunned to realize what month it is. Five years ago, today, I was celebrating a very good freshment year at uni, not worried at all about the upcoming exams. I was doing extremelly good and could already predict a brilliant outcome, already savouring my scholarship to study abroad, in Japan. Dreams coming true, life was sweet.

I was going to have a date soon and I was already preparing for it. I was rather excited about it, specially compared to my usual dates, even up to ignoring my permanently buzzing phone with potential hook ups. The air was getting warm and I was getting down to business with that cute blonde guy from my class.

I remember that very day being disasterous, tho. I brother got sick and the blouse I had picked up for the occasion had an almost unnotizeable hole on it, although big enough to bug me. My hair wasn't behaving and I just couldn't get my eyeline to look symmetrical; he wasn't spot on either, making me feel confused about his intentions, but looked nervous enough to partially kill my anxieties.

How clumsy, this guy. Clumsy with both hands and words. Little did I now back then about how we'd both fall in love for the first time in our lives. Abour dreaming of a forever. About how he'd break my heart; and I, his.

sábado, 15 de mayo de 2021

Time to heal.

Qué cercana, intensa e intangible es esta sensación. Es tan difícil arrancarme las palabras como separar las garras de mi gatita de una camiseta de algodón. Es difícil concentrarme en pensar, sentir, elaborar, fingir y seguir funcionando cuando el hastío y el pánico libran una pugna que se antoja milenaria dentro de mí.

Aunque, claro, nunca se hizo rápido o llevadero el sufrimiento.

Podría frivolizar, pero no. Lo he intentado durante unos cinco minutos, y en cuanto las cosas se han puesto difíciles, me he rendido. Ahora siento que he fracasado, más leña al fuego que alimenta lo asquerosa e inútil que me siento.

Soy un fraude. Y débil. Y ante la urgencia de hacerme una bolita y llorar y dormir hasta que acabe el año..., o abrir surcos de sangre en la piel para castigarme, tengo que admitir que tengo miedo y que necesito ayuda. Ahora que tengo un motivo para intentarlo de verdad, estoy dispuesta a tragármelo todo, arrancarme la piel y permitir que me den un baño de vinagre.

Han pasado 11 años, y mal que me pese, creo que es hora de volver a terapia.

Me merezco aprender a ser feliz.

domingo, 9 de mayo de 2021

Things were said.

Imagina dedicar tu vida a sufrir y velar por alguien. Amarla con todo tu corazón.
Imagina organizar tus días en torno a ella. Acariciarla al pasar, compartir colchón, decirle cada día que la quieres, que es preciosa...
Y que no le importe. Que dice que nunca lo sintió.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Twenty days away.

    Merely twenty days away from what would have been my five year anniversary, I feel numb. So numb I can hardly speak or write about what happened and what didn't.

I can sort of joke about it with a certain degree of spontaneity, like I do when I refer to my pothos, but I can not get serious. Humor is just a mask for pain. I find myself unable to open my mouth and untangle my tonge from my teeth; or even to put pen to paper and dekernell my sadness over that big loss. I don't seem to be able to get over the fact that I failed despite how hard I tried, I can't forgive myself for how I handled things and most importantly, I don't aknowledge not forgive this longing.

And because I can't really admit how I feel..., I pretend to be over it all. I pretend my feelings on the matter are missing in action, wiped out, erased, deleted and faded away.

Not that I regret ANY of it. I knew we weren't working out anymore and I acted consequently to what I was feeling; I'm happier now than I've been in a really long, long time. I just wish I had done things differently so I'd avoid guilt. I wish I could be natural around him and ask if he's forgiven me, if he's doing alright. The simple truth is that my heart still aches with memories of that one last day and the many goodbyes we said to each other.

lunes, 3 de mayo de 2021

Trust.

    There's something about the way he holds me that makes me feel safe. Like the world could just crumble all around me and I'd still be fine.

There's something about the way he carries things, and himself, that makes me wonder what would have happend if I had this earlier in my life. If there were someone to turn to when things got ugly. Someone to have my back or simply hug my when life got heavy.

There was a time where cold sheets and an empty house were my only companion.

There was a time when I had no one to share my doubts with.

And now, somehow, not having my tears wipped off my face, or my back rubbed when being hugged, feels odd. I guess this is what trust feels like?

Yea..., I guess so. I'd trust him with my life.

domingo, 2 de mayo de 2021

Ay, Canela.

Que no existe mayor placer que el de correr descalza por la playa, te digo.

Y llegar a la orilla, llenar los pulmones y decirle al mar que lo has echado de menos. Su olor, su color y esas curvas tan bonitas que describe su débil oleaje sobre la arena.

En esos momentos siempre pienso en Mediterráneo, de Serrat, himno de los expatriados. También mi niñez vive jugando en la playa, aunque yo no me enamorase de ningún muchachillo que durmiera entre las cañas, sino de los espigones y la blanca amplitud de sus valles y sus dunas. Como Alberti, cantándole a la mar, yo también lloro su fría ausencia salobre cuando vuelvo a la ciudad, con la sensación de dejar mi verdadero hogar detrás de mí...

Her-ma-má

     Tengo mucho que agradecer a mi madre, y eso es algo que no todo el mundo puede decir. Entre todas esas cosas que me ha dado, está ella. Hoy es un día también para ella.

Ella también es mi mamá, a su manera. Lo ha sido en las visitas al médico, los disfraces improvisados y los menús a la carta. En los abrazos de consuelo en la incertidumbre, la muerte y el miedo; en las lágrimas de los primeros desamores, de los que no hace tanto, en los "eres muy pequeña" aquí y allá, en cogerme la mano al cruzar la calle, en decirme que coma, me abrigue y me ponga crema para el sol. También en los planes fortuitos de magdalenas, paseos en bici y cine, en las visitas culturales, en los consejos y en el mejor abrazo para dormir. 

Cuentan las leyendas que su brillo nunca se apagaba, que fue la novia más guapa, la mejor profesional, la estudiante más dedicada. Se dice también que su sonrisa iluminaba ciudades enteras, que llevaba el ritmo en la sangre, que encandilaba al más pintado con su piquito de oro y que tenía anécdotas para todo. Se rumorea, también, que era la hija, nieta, hermana, amiga y compañera favorita de quien la conociera, que quien no la adoraba solo podía envidiarla y que podía rellenar bibliotecas enteras con todo lo que sabía. 

Parece que era humana y también lloraba a veces, pero eso solo la hacía más perfecta si cabe. Que el tiempo no pasaba por ella porque tiene un alma buena e inmortal. 

Lo único que se sabe de tanta habladuría es que el mundo es un lugar mejor porque ella vive en él.