Quemando las etapas como pólvora. Las buenas y las malas, las de una esfera y las de la otra. Agotándome rápidamente frente a mi propio corazón confundido, asustada de todo lo que se mueve a mi alrededor, añorando música que llene cada silencio y acalle la voz de mis pensamientos, anhelando que llegue la noche y me encuentre en su compañía, tan virtual como vibrante.
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