Caos y miedo han hecho de mi mente su reinado, con lo que a mí me gusta mi cómoda, plácida y tranquila estabilidad. Quizá ese sea parte del problema: quizá me he acomodado en las rutinas que eran fáciles, pero que ya no me permiten avanzar. Destruir para construir.
A lo mejor ahora me estoy convirtiendo en una persona diferente, y todo este dolor es también un duelo por mí misma. Por la persona que he sido, a la que quizá tenga que decirle adiós. Por cerrar una etapa preciosa y comentar una vida nueva y diferente, con otros retos, con más altura, con sentimientos y valores nuevos, con la oportunidad de convertirme en una versión distinta de mí misma. ¿Mejor, peor? el tiempo lo dirá.
Yo solo sé que me han tirado de la alfombra bajo los pies. Y ya no puedo volver a donde estaba.
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