lunes, 18 de septiembre de 2017

Raging bitch

Después de enfadarme, pensar mucho y llorar más aún, he descubierto que mi fuerza de voluntad sigue intacta...mente débil. Mi ira se desvanece y deja una estela quemada por la tristeza y la decepción que se escondían debajo.
¿La verdad? Perdonar es fácil. Tengo todos los motivos perfectamente organizados para justificar mi cabreo, pero ya no me siento emocionalmente enfadada, sino que la razón se impone. Y sin sentimiento, pues esto no funciona.
Perdonar es fácil, pero olvidar no. Y mucho más difícil es recuperar la confianza perdida.

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