viernes, 25 de abril de 2014

Sense.

En aquel instante, simplemente, todo pareció tener sentido. Los sentimientos estaban donde tenían que estar. La tristeza es algo que se debe experimentar y de lo que se puede aprender. Por una vez sentí que todos mis músculos, huesos y lípidos estaban donde tenían que estar sin necesidad de pasar hambre o matarme a correr. Simplemente, tengo la capacidad de cambiar las cosas.
Por un momento, tuve claro que todo ocurre, y como no puedo cambiar eso, más vale aprender de ello.
Tengo la sensación de que hay en mí demasiadas cosas y no puedo expresarme ni la mitad de bien de lo que querría, pero tampoco importa, porque ahora debe ser de este modo.
Ha sido una bonita epifanía.

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