Ahora, con la ausencia de mi hermano, la traición de mis amigas y la extraña soledad que me inspira su ausencia, no puedo evitar recordarle y hablar de él. De Dani, claro. Porque llevo mucho tiempo intentando olvidar todas y cada unas de las conversaciones y momentos y creo que eso está mal, porque no quiero olvidar todo lo que he aprendido. Además, Dianne Setterfield dijo que las historias deben salir a la luz. Si no, se marchitan, enferman y mueren. Y luego te persiguen.
Yo creo en esas palabras.
Pero no quiero contar nuestra historia, ni un momento concreto, sino las sensaciones que me inspiraba mientras estuvo conmigo y después.
Y lo voy a hacer en primera persona, porque Dani tiene acceso a este blog, aunque dudo que lo recuerde siquiera.
Dani, no sé si mi decisión de eliminarte de mi vida estuvo bien. Hay días que me levanto pensando que saludarte no me va a matar. Otros que pienso que ya no siento nada de nada por ti y puedo interesarme por cualquiera en cualquier momento. Pero lo cierto es que no he sido capaz de fijarme en nadie desde que no estás.
Al principio de nuestra relación, solamente eras un reto. Eras un reto por resistirte a mis encantos, todos suelen caer, y las personas que me hacen esforzarme son las que realmente me gustan. Luego comencé a divertirme con nuestras conversaciones, a sentirme fascinada de tus opiniones, a sentir curiosidad hacia ti. ¿Cómo eras? ¿Qué cosas te gustaban? ¿Y tus amigos? No eras como otros chicos de experiencias anteriores. Tú no me lo decías, así que yo iba rebañando con paciencia cada dato que se te escapaba. Tu hermano. Tu relación con tu familia. Tarek, aquel nombre no oficial. Dear God, nuestra canción. Pain, que te recordaba a mí. Ese Monster con el deathbat, la bebida Avenged. Tu amiga soledad y la necrofilia. Aquél perro, Roni, que te encontraste. Adri, aquél amigo tuyo con pinta de ser un personaje. Los paisajes de MGS cuando hacías parcour. Avenged Sevenfold, y lo que estos viejos compañeros te inspiraban. Todas aquellas ansias de rebelión que me transmitías.
¿Después? Lo negué durante meses, pero estaba loca por ti. Al principio de esta sensación estaba tan feliz que escribía tu nombre por cada esquina, donde aún sigue. Es una estupidez, porque nunca he necesitado nada que me recuerde a ti, siempre andabas en algún rincón de mi conciencia. Parecía que confiabas en mí. Me contaste muchas cosas. Muchos sueños, miedos, muchas comeduras de olla, y yo me sentía bien obligándote, tratando de escucharte y de estar a tu lado en todo momento.
La primera vez que me hiciste daño fue cuando me dijiste que amabas a Patri. << Ella es mi mástil, mi apoyo>> más o menos, esas fueron tus palabras. Y a mí me hizo daño que me ocultases que estábais juntos, me hizo daño que, habiendo luchado contra mis amigas y mi familia, habiendo defendido mis sentimientos contra todo, habiéndote escuchado y apoyado en todo momento, ella fuese tu "mástil". Me jodió mucho, ¿eh? Pero supongo que, una vez más, no fui suficiente. Claro que yo aún no sabía lo que me esperaba.
Y después de un año de risas, de bromas que solo nosotros entendíamos, de amor explosivo, de que un día me ignorases y otro me amases...¿qué? El principio del fin. Aquella idiotez, aquella tonta pelea con mi amiga
Nunca entenderé por qué dejaste de hablarme a mí. Yo no toqué el teclado. Tu novia te puso los cuernos, tío, y tú solo dejaste de hablarle un par de días. A mí me torturaste durante mucho tiempo, ¿por qué? porque pensabas que yo tenía las mismas ideas que ellas. No me conocías en absoluto. Además, sabías que yo te amaba! decías que tú me amabas! sabías que tu silencio iba a dolerme como nada...¿Qué te costaba hablar conmigo? Dijiste cosas que me hicieron mucho daño, y aún cuando yo no dije absolutamente nada contra ti me arrastré, lloré y te llamé durante días y días. YO te pedí perdón a ti! es horrible. Y de pronto "me perdonas" pero no me explicas absolutamente nada!
Aquellas dos semanas lo cambiaron todo. Yo sabía inconscientemente que era el final. Y tu estabas frío y volvías a ignorarme casi siempre. No volviste a decirme que me amabas. Aunque en aquel entonces me lo creía, ahora dudo mucho de eso. No de ti, sino de que confundieras tus sentimientos o algo.
Y siempre odié y odiaré la sensación de estar a tu merced. Debí decírtelo. Odiaba ser el segundo plato, que mis pensamientos me dieran dolor de cabeza cuando luchaba por averiguar qué coño pasaba esta vez. ¿Qué he hecho mal ahora? Que tus palabras hicieran de mi humor y sentimientos esclavos de tus caprichos. Joder! aún ahora siento que, si eres feliz viéndome muerta, me suicido. Aún siento que dejaste las cosas claras en todo momento y que la culpa es exclusivamente mía, auqnue me hubiera gustado que fueras siempre sincero y no me siguieses el rollo, sabes? Me sentí atada y humillada por haberme arrastrado, te enfadaste por algo que solo tú sabías, y me degradé mucho.
Un amigo mío me ha recordado no hace mucho que siempre hay que tener en cuenta las cosas buenas, porque es muy fácil echar las culpas y enfadarse. Tiene razón, y creo que por eso, el día que te busqué entre mis contactos para decirte adiós para siempre, cuando vi que ya me habías eliminado tú...sentí que te había fallado. Tal y ocmo tú dijiste, estaba cabreada y te guardaba rencor.
Pero pensaba que era algo bueno. Porque si no, siempre podía agregarte y volver a caer en la trampa, y no puedo, porque ahora, aunque cada segundo te eche de menos, no tengo que comerme la cabeza para sacar tema, averiguar qué te pasa o cómo interpretar una respuesta. Aunque nadie me diga ya esas cosas bonitas, aunque sienta que he perdido el camino que seguía tan desesperadamente, siento que es mejor así.
Escribiendo eso me he dado cuenta de que te sigo queriendo como a nada. Porque yo tenía razón, no eres como Diego, pude amarte sin reservas, sin rencor, porque me hiciste feliz a tu manera y me enseñaste mucho. También te estoy agradecida por todas las experiencias e ilusiones que me has hecho sentir.
Y como esto es para hablar de las sensaciones que me embargaron a tu lado, también hablaré del presente, porque sigues formando parte de mí ^^
Tu nombre sigue escrito en todos sitios, menos en mi mano. Sigo celebrando, sola, todos los días quince. Porque estoy feliz de que formases parte de mi vida y de que ya no estés a mi lado. Nuestro tiempo se acabó, y yo estoy feliz cuando pienso en ti porque al fin has podido cumplir tu sueño, has visto a tu novia, y Patri es una buena persona. Seré feliz siempre y cuando tú también lo estés.
Claro que también siento añoranza. A veces me pongo llorosa, ya me conoces, tú dijiste también que soy muy melodramática si se trata de amor, pero también tenía mis motivos. No sé muy bien si lloro de rabia, de pena, de amor, de felicidad o porque te echo de menos. Tampoco he dejado de escuchar en ningún momento nuestra canción. A veces me cuestiono si debí luchar más y salir adelante, pero creo que se trataba de una de esas cosas en las que todo el mundo piensa igual sin ponerse de acuerdo. Creo que fue el empujón que necesitaba. Me lamento y me alegro, porque yo podría aguantar eternamente si se trata de ti, pero no sé muy bien qué sería de mí. Salía menos, estudiaba menos, y todo me importaba un poco menos.
En otras palabras, me obsesionabas.
Sigo pensando que no podría decir esto en voz alta si no es a ti. Me gusta pensar que tú también estás feliz de que yo esté bien ^^ No me faltan motivos para estarlo.
Nuestros caminos se han bifurcado, y sólo tú sabes si nos volveremos a encontrar en algún momento de nuestro viaje por la vida. Pero no te garantizo que haya dejado de amarte para entonces.
Sabes que no me gustan los malos rollos. No podía morirme sin dejarte acceso a mi mente una vez más, aunque probablemente ni recuerdes que existe...o no lo quieras visitar.
Pero, lo importante, es que sepas que no tengo intención de olvidarte, porque fuiste el primero y el último gran amor hasta el momento.
Y espero que solo hasta el momento :)
Pero, lo importante, es que sepas que no tengo intención de olvidarte, porque fuiste el primero y el último gran amor hasta el momento.
Y espero que solo hasta el momento :)
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