Querido bae:
Tengo que confesarte que estoy asustada. Siento que con todas mis inseguridades, que poco a poco van saliendo a la luz, lo único que voy a conseguir es alejarte de mí irremediablemente y para siempre. No tardarás mucho en darte cuenta de que estoy pirada y tengo más mierda de la que puedo tratar; porque todo esto es por mí, no porque no confíe en ti.
Creo que hay dos razones fundamentales por las que me siento así. La primera, que la idea de ser tu segundo plato me atormenta, no quiero ser la primera de cambio, no quiero ser una al azar otra vez. Es evidente para mí que nunca te he gustado y atraído como ella y jamás me vas a querer de la misma manera. Supongo que, si te diera esto algún día, entenderías el por qué del exabrupto que he tenido esta mañana en la universidad. Sé que te he hecho enfadar, y lo siento mucho...
La segunda razón es que no tengo miedo de decirte lo que pienso, aunque me preocupa herirte, claro. Dani se enfadaba con frecuencia y me amenazaba, aunque luego no cumpliera con lo que decía. Tú no pareces querer vengarte de mí todo el tiempo, y eso hace que nuestra relación funcione en unos parámetros que yo no entiendo. Todo esto es tan nuevo para mí como para ti.
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