Querido bae,
Cómo brilla la galaxia de tus ojos, mi amor. Será lo único que vea cuando mire a un cielo estrellado, trazando las rutas entre los lunares de tu piel. Quisiera poder memorizar cada pulgada, como un mapa: una guía de lo feliz que me hace tu tacto, tu mano en mi rodilla, tus cosquillas, tus brazos al dormir, aunque sé que se te quedan dormidos y te duelen, y solamente lo haces por mí. Mi piel anhela la tuya, la imprenta de calor y el olor almizclado de la ropa limpia, el desodorante, ese delicioso perfume que me vuelve loca y tu propio aroma. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar hasta que pueda olerlo en mi almohada cada día al despertar? Espero que no mucho.
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