Mi querido bae:
¿Sabes que hablas en sueños? Bueno, en realidad es la primera vez que lo haces, al menos que yo sepa. Me encanta dormir contigo, aunque no siempre esté durmiendo, aunque me pase horas mirándote. Me gusta cómo hueles, y que me beses dormido, o que me busques por la cama como si lleváramos años durmiendo juntos. Me gusta tu calor, tu suavidad, y contar tus respiraciones para dormirme.
Y entonces, anoche, me dijiste lo más bonito y reconfortante que he oído en mucho tiempo: me prometiste (o tu subconsciente) que siempre ibas a estar conmigo. Solo conmigo. Y entonces tuve una breve visión tunelada de un futuro juntos, con niños regordetes de rizos rubios, un mañana idílico en el que no tuviera que sufrir nunca más por nada, en el que mi única preocupación fuera cuidarte.
¿Me darías eso?
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