Querido Ale:
Solo quería decirte que me gustas mucho. Eres todo lo que había querido, y más, aunque son palabras que ahora mismo suenan tremendas, como ponerle un abrigo XXL a un recién nacido. Demasiado grande y pesado.
Anoche, todo ocurrió como un borrón, un torbellino de emociones que empezó con ese beso voraz que me dejo la piel ardiendo y la sangre revolucionada. Qué nervios, señor. ¿Tú estabas nervioso? Porque no lo parece en absoluto. Me pregunto qué estabas pensando mientras venías a la estacion de metro. Todo esto ha ocurrido muy rápido y es dificil de asimilar, aunque hace mucho que quería poder tener algo contigo.
Ayer me dijiste que yo era lo mejor que te había pasado, y yo me contuve. Eres tierno y dulce, eres bueno, pero hablas movido por el esplendor de algo que te hacía ilusión experimentar: el noviazgo. Ya todo vendrá, paso a paso, y me hace muy feliz poder hacer eso contigo. Quiero enamorarme de ti.
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