Hoy es uno de esos días en que solo puedo pensar en el asco que me doy, largas horas en que no me puedo mirar al espejo sin llorar. Uno de esos días en los que me cuesta concentrarme, toda mi piel hormiguea y estoy inestable, completamente inestable, una desequilibrada mental, una loca.
Hoy es uno de esos días en que no puedo comer, porque solo puedo pensar en el asco que me doy tal y como soy, pero tampoco tengo la fuerza de voluntad ni el potencial necesario para cambiar mi cuerpo. Y aunque no hiciera, ¿de qué serviría? mi mente es el gran problema, mi mente no cambia, es siempre la misma, y también me da asco.
Hoy es uno de esos días en que no me siento deseada ni deseable, en que quiero cubrirme porque me da vergüenza el gran descuido de ser como soy. En que parece que nadie podrá quererme jamás, porque no me lo merezco, porque ni siquiera yo puedo mirarme y me pregunto cómo pueden soportarlo los demás.
Hoy es uno de esos días en los que me gustaría cortar toda mi piel y quitar lo que sea que haya debajo. Uno de esos días en que siento que debería castigarme de alguna manera por mi desgana, mi pereza y mi hastío.
Hoy es uno de los muchos días de mi vida que me costará admitir que existen siquiera cuando recobro mi precario equilibrio, mi suerte de balance, en que de alguna manera puedo tolerarme.
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