martes, 16 de enero de 2018

eaB

No estaría mal volver al calor de tu respiración pausada junto a mi oreja.
O a tu boca voraz en mi boca.
A una mano tierna que me acune la cara y me acaricie el pelo.
A tus ojos brillantes cuando sonríes y dices que me amas.
Quisiera un poco de tu mano ávida hurgando entre mis piernas, provocándome, desesperándome.
Quisiera dormirme enredada en tu olor, en tu ropa, en tu blanda suavidad.
Quisiera ver tu adorable cara cuando estás concentrado, y tu lengua se apoya en el labio superior, en ese gesto tan tuyo.
Quisiera volver a pasar mis manos por tu barba.
Me encantaría morderte ahora, por todas partes, sentir tu olor y tu sabor en la lengua.
Y perderme en el mar de miel y caramelo líquido que recorre tus ojos; en la curva roja de tus labios que desciende hacia la risueña comisura; en esa risa burbujeante, catártica, que te sale a borbotones.
Perderme en la voz cálida y vibrante de mi hombre, sabiendo que sus palabras son para mí y nunca han sido para nadie más.

Añoro y anhelo todo eso ahora mismo, no sabes cuánto. En esta fría realidad lúgubre de soledad y nubes grises, no sabes cuánto extraño esos momentos contigo.

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