Piel tensa, brillante, caliente y rojiza. Bordes inflamados, antinaturales; lágimas brillantes resbalando.
La sangre brota, está corriendo, es negra y lo empapa todo.
No mires, no mires, no mires.
Pero lo hago, inevitsblemente miro. Valles rosados, montículos brillantes y húmedos, vestigios de un río de sangre, profundos socavones y más grietas color rubí.
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