Mi familia es una drama queen, y como no podía faltar por estas fechas, se siente el drama navideño coming soon. Todos evitan el tema y lo rodean como a un animal herido, sin saber cómo aproximarse. La tensión seguirá creciendo y sooner or later explotará.
Ojalá hubiera una forma de complacer a todo el mundo. Por un lado, sé que mi abuela se siente muy feliz y optimista de que las relaciones entre sus hijos se hayan relajado y está deseando que celebremos la noche de fin de año todos juntos de nuevo. "¿Por qué?" gimo en mi fuero interno. La perspectiva de pasar las fiestas otro año más rodeada de personas con las que no me siento cómoda me llena de una inconmensurable... pereza.
Creo que mamá no ha manifestado su opinión todavía, pero parece que en principio se siente favorablemente inclinada hacia la proposición. Sé que mi hermana se adaptará al plan que se forme si es que no se adjudica a otra celebración, como la de la familia de mi cuñado. Una punzada de envidia me acompaña. Ojalá hubiera alguien que me salvara de ese día...
Mi padre no parece muy dispuesto a ceder y pasar la víspera del nuevo año con la familia de mi madre. ¿Por qué no puede alguien claudicar y tomar una decisión pronto? No quiero tener que ser yo quien decida quedarse o apartarse. Ya he pasado demasiadas navidades lejos de los míos por imposición y no me apetece hacerlo de nuevo voluntariamente.
Ya tengo mucho en qué pensar para que se sume la misma estupidez de todos los años.
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