viernes, 29 de abril de 2016

Moar nightmares 'n stuff.

Como en todas las pesadillas, el tiempo se escurre entre mis dedos sin contemplaciones, sin orden ni control. Solo sé que estoy soñando por la nebulosa incierta que dibuja escenarios en mi cabeza, a pesar de la extrema brillantez de los colores. ¿Habéis leído los libros de "los juegos del hambre"? bien, mis propios sueños me recuerdan al veneno de rastrevíspula.

En uno de los escurridizos fotogramas restantes de mi noche de pánico, recuerdo una habitación sórdida de madera sin pulir. Bastos tablones dispuestos acá y allá, cubierto de astillas, todas las superficies de aristas y ángulos. En algún momento temo moverme, ¿no sería peligroso?
Ah, pero hay un peligro más inminente. Una figura ligeramente incorporada de su postura horizontal. Viste de harapos sucios y sujeta una bolsa de papel que, con toda seguridad, contiene una botella. Creo he he visto demasiadas películas.
Su actitud vacilante e indolente no me asusta tampoco, a lo sumo supone una decepción. Pero cuando sus rasgos huesudos me encaran, la habitación se cubre de la escarcha de su ira contenida. Y a pesar de que está extremadamente delgado y extremadamente borracho, estoy convencida de que me odia y puede hacerme daño. Dos cejas rectas y negras se inclinan en un ángulo muy poco conocido sobre los ojos grandes, negros, hechos de suciedad y pestañas larguísimas y enmarañadas. Pómulos infinitamente altos, labios agudos y crueles.
¿Cómo hemos llegado a esto?

Cuando, ya en la consciencia, mi mente registró el significado de mis acontecimientos, y temí de verdad que estuviéramos destinados a repetir la historia una y otra vez. Depende, supongo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario