No puedo respirar.
No es una metáfora, es solo culpa de la primavera. No es consecuencia de la angustia, sino causa de ella.
Es una situación agobiante. El corazón se acelera al ritmo de mi jadeo, y tengo la boca seca, y agujetas.
Probablemente sea una estupidez escribir sobre esto, pero todo lo demás parece quizá demasiado serio. O demasiado trivial.
O simplemente me importa demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario