No te vayas, exhala. Todo hálito caliente, y piel gris, y labios rotos. Sílabas lentas, arrastrándose sobre la pared de la presa. Una grieta, dos, unas gotas de agua que son apenas la sinopsis del libro, un pedacito para probar.
No me abandones, suspira. Y sus ojos vagos y perdidos asestan un nuevo mazazo a mi resistencia, siento la fachada temblar, como mis manos, como mi barbilla, como mis tripas.
Te quiero, respira sobre mi mano, la boca seca, las palabras apenas adivinadas en la forma suave y delicada de esos labios color cereza.
Pican mis ojos, calientes, algo punzante en ellos.
¡El dique!
Aire, aire, parpadeo. Te quiero, no me voy. Óyeme aunque no pueda decirlo. No te dejo, mami. Arrugo la nariz, vuelvo a tener diez años, y no entiendo nada.
Aire, dentro, que llegue a la punta de los pies. Esta noche, prometo, tiraré abajo el muro con mis recuerdos. Solo aire, parpadeo, cierra los ojos.
Control, paciencia.
Cris, sonríe, solo un poco. Le duele. No me lo pone muy fácil....
sábado, 9 de agosto de 2014
Breath, flashing.
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