Con un poco de suerte, será esta la última noche. Mañana a esta hora podré dormir oyendo el mar.
Parece que han acabafo las inundaciones, el cauce vuelve a serpentear, esquivando los baches.
Con la autoestima alta, la barriga plana y un "te quiero" resonando dulcemente en la memoria, me voy, al fin, de vacaciones. No puedo sentir los nervios, solo tranquilidad.
Con mi mamá al lado, me voy a disfrutar unos días. Agua fría, sol caliente, cerveza, paella y piscina. Cartas, y pipas, y trivial, y dos magníficos hermanos. Más coquinas, peces, cañas y papá. Paseos y baños y piel morena.
¿Podría ser mejor? Probablemente sí, pero yo no me voy a quejar.
domingo, 17 de agosto de 2014
Lucky strike
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