Siempre me he preguntado por qué no lograba odiar a Heathcliff. Me era
extrañamente simpático, a pesar de ser el malo, a pesar de hacer daño,
de ser un tirano, y el antagonista de la obra.
Sentí lástima por él, e incluso lloré sus penas. Ignorando sus maldades. En
parte debido a que, en toda la novela, sólo me caen bien Nelly, Lookwood y el
mismo Heathcliff. Catherine, Edgar, Cathy, Hareton...Puedes dorarme sus
bondades y penurias. No alcanzaré a sentir ni compasión por ellos.
Ahora sé que es, en parte, porque también él perdió a la persona sin la cuál no podía vivir. Al igual que yo.
Rememoro su retahíla ante la tumba de Catherine Earnshaw.
<<-¿Por qué me mintió hasta el final?-prosiguió-¿Dónde se
encuentra? Aquí no...en el cielo tampoco...y no se ha
extinguido...Entonces, ¿Dónde está? ¡Ah!, dijiste que no le importaba
nada de mis sentimientos. Pues yo voy a rezar una plegaria hasta que la
lengua se me seque: ¡Catherine Earnshaw, ojalá no encuentres descanso
mientras yo siga con vida! Dijiste que yo te había matado, ¡pues
entonces persígueme! Las víctimas persiguen a sus asesinos. Yo creo que
hay fantasmas que vagan por el mundo, lo sé. Quédate siempre conmigo,
bajo la forma que quieras, ¡vuélveme loco! Pero lo único que no puedes
hacer es dejarme solo en este abismo donde no soy capaz de encontrarme.
¡Oh, Dios mío, es inconcebible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo
vivir sin mi alma!>>
En este preciso instante, puedo entender su desesperación.
En este otro pasaje, Heathcliff hablaba del amor que sentía Catherine por Edgar Linton.
<Y ahí es donde se puede ver la diferencia entre nuestros
sentimientos: Si él estuviera en mi lugar y yo en el suyo, aunque le
aborreciera con un odio que convirtiera mi vida en hiel, nunca habría
levantado una mano contra él. ¡Puedes poner esa cara de incredulidad si
quieres! Yo nunca podría haberle apartado de ella, al menos mientras
ella lo hubiera querido así. Mas en el momento en que perdiera su
estima, ¡Le habría arrancado el corazón y habría bebido su sangre! Sin
embargo, hasta entonces, y si no me crees es que no me conoces, hasta
entonces, ¡Preferiría morir con certeza antes de tocarle un solo pelo de
la cabeza!>>
Y este otro, tras la muerte de su amor, cita el parentesco del sobrino de Catherine con la difunta.
<<Hace cinco minutos, Hareton Earnshaw me ha parecido una
personificación de mi juventud y no un ser humano. Me provocaba una
mezcla tan variada de sensaciones que me hubiera costado dirigirme a él
de una forma racional. En primer lugar, su pasmoso parecido con Cathy me
lo acercaba a ella de forma sobrecogedora. Pero esto, que podría
parecerte el detalle más importante para acaparar mi imaginación, es
realmente el más nimio, porque, ¿existe alguna cosa que se acerque a mí y
no me la recuerde? No puedo ni bajar la vista al suelo sin que sus
rasgos se dibujen en las baldosas. En cada nube, cada árbol, colmando el
aire nocturno y refulgiendo de día a rachas en cada objeto, me veo
continuamente cercado por su imagen. Los rostros más triviales de
hombres y mujeres y hasta mis propios rasgos se burlan de mí,
ofreciéndome su parecido. El mundo entero es una atroz colección de
testimonios acreditativos de que vivió y de que ya la he perdido. Pues
bien, la visión de Hareton acaba de ser como el fantasma de mi amor
inmortal, de los esfuerzos salvajes que he hecho por llevar adelante mis
derechos, mi degradación, mi orgullo, mi felicidad y mi
angustia...>>
Cerré el tomo con algo de brusquedad. A pesar de que Cumbres Borrascosas
siempre ha sido uno de mis libros preferidos, de hecho no ceso de
releerlo, no son las palabras del bellaco de Heathcliff sino una
bofetada para mis heridos sentimientos.
Pero yo no soy Heathcliff, y no tengo intención de consumirme hasta la muerte.
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