domingo, 26 de abril de 2020

Sweetest

Sabía que estaba dormida y soñando porque era una situación imposible. Y, a pesar de que el dolor me doblaba en dos en breves secuencias intermitentes de lenta abrasión, también sabía que iba a ser un sueño precioso.
Es una pena que ahora no me acuerde más que de una nebulosa de un resplandor blanco cegador y de la sensación de pasar de la ilusión al pánico doscientas veces en medio minuto. ¿Sabría hacerlo? ¿repetiría los errores que otros habían cometido conmigo? ¿Y si le hacía daño?
De pronto, alguien me colocó algo pequeño, húmedo y tibio sobre el cuerpo. Una pequeña cabeza sonrojada, con el cabello enredado en mucosa y los ojos entrecerrados y ciegos, emitía agudos quejidos sobre mí sin llegar a llorar. Del todo.
Yo, por el contrario, sí lloraba. Una emoción indeleble, más intensa que la mayor de las penas y la mayor de las alegrías, se me desbordaba por los ojos. A mi lado, otro rostro pálido y un poco angustiado, traducía el debate con sus emociones a mi lado, los ojos de caramelo anegados en llanto contenido.
Acaricié aquella pequeña mejilla, pálida como la porcelana.
- Hola..., mi niño...

sábado, 25 de abril de 2020

Bitter lessons.

Nights went by on a blur of everlasting seconds, minutes, hours. No jokes. No laughing. No more random shallow-deep convos. Just me, my memories, my guilt and my nostalgia, waiting in silent solitude for...daylight.

miércoles, 22 de abril de 2020

Steam

No sé si alguna vez lo he dicho, pero el recuerdo quizá más íntimo que tengo contigo..., bueno, en mi vida, en general, es bastante reciente. No hay sexo en él, además.
Es tan bonito..., Solo una imagen, con mil sensaciones adheridas a ella, congelada en mi memoria. Por alguna razón, estoy obsesionada con ese breve lapso bajo la ducha, el agua ardiendo, rodeada de vapor, de tu piel, de tu brazo cruzado sobre el pecho, de tus besos en el pelo húmedo. No puedo dejar de pensar en esa emoción sin nombre, tan grande, que me llenó din previo aviso el pecho, dejándome sin voz y s la vez inundándome de una felicidad y una paz que nunca había conocido.

Rescato ese recuerdo de vez en cuando. De verdad que, para mí, ese momento fue precioso. ¿Tienes uno así tú también? ¿alguna vez has sentido lo mismo?

martes, 21 de abril de 2020

The One.

Una tarde, tumbada entre sus brazos en silencio, pensé en todas las cosas que me había hecho sentir en tan poco tiempo. Sentí que su recuerdo estaría allá donde mirase: cualquier cosa que le gustara, una canción romántica, una de nuestras bromas, un momento bonito oculto en las sábanas. Supe que, si él también se marchaba al final, esta vez me iba a costar mucho recuperarme y, más tarde, acabaría comparando a todo el mundo con él. Nadie estaría a su altura. Me había dejado huella.
Lo tuve claro. Había escuchado, leído, soñado mucho con el amor absoluto y perfecto de las novelas. Era la pieza que faltaba para darme sentido. El único, el verdadero, el definitivo. El amor de mi vida.

Dreaming of a fancy afternoon.

El sol intermitente en la cara, hierba húmeda bajo la manta, la tibieza de una primavera que arranca tarde. Huele a sol, a naturaleza, a tranquilidad y a cosas buenas. Es un buen momento para todas las cosas que apetecen solo de vez en cuando: una partida a las cartas, una cerveza fría, meter los pies en el agua, una mano indiscreta demasiado arriba en el muslo, jugando, tentando.
Jugamos. Sabemos que no va a llegar a más, pero nos gusta molestarnos. Tirar de la cuerda, probar a ver si se rompe. Nos gusta perseguirnos y tentarnos a dar el paso, disfrutar del principio, la anticipación, las ganas, las expectativas. Muchas veces son la mejor parte del proceso; a mí siempre me gustó alargarlo lo máximo posible, aunque fuera entre suspiros ansiosos.
Planes para pijos, podría pensar él.

Qué pena..., que solo sea un sueño.

sábado, 18 de abril de 2020

Shattered

No soy digna de confianza, y lo entiendo. Lo peor de hacer algo inexcusable es que ni siquiera puedes retirarlo. Es como romper un cristal: siempre seguirá roto. Lo único que puedes hacer es barrerlo, y esperar no cortarte con los trozos más pequeños que hayas dejado atrás.

viernes, 17 de abril de 2020

Good old dose of humble.

I thought I had it under control, you see? Shutting you out. Pain is part of withdrawal and as so I embrace it; but mind's proven It's not so easy to ignore heart's wishes. Seems like I'm still trying to catch up muy breath from these last few nights, half sleepless, half crowded with a million versions of your face.

I might be determined to be a good girl but my heart and mind are not so forgiving. Seem like they have decided to torture me.

Dear God, if you are there... somewhere... help me out on this one. Please.

miércoles, 15 de abril de 2020

Everything that is blue.

Me parece fascinante que el mundo pueda girar a una velocidad perceptible para el ojo humano. Quizá suene absurdo, pero me gusta sentarme sobre el tejado, en el semi muro de ls terraza, a las 7:10 de la mañana y contemplar cómo se aclara el cielo minuto a minuto, como halos y franjas luminosas colorean las nubes de distintos tonos de azul, cómo el mundo se vuelve menos frío e inicia la carrera hacia un nuevo día.
Se me ha ocurrido que es una pena que los jirones de nube que dejó la tormenta de ayer oscurezcan un panorama tan bonito. Últimamente, hasta puedo ver estrellas de nuevo. Luego, pensándolo mejor, se me ha ocurrido que es una buena metáfora de la vida: qué lástima que dos jirones de nubes oscuras nos hagan perder el foco, desconcentrándonos de la belleza de lo que sucede detrás, de los comienzos, del calor, de la luz.
El cielo..., El mar... Me pasaría el día contemplando los panoramas que pueden ofrecer. Soñando con, de algún modo, unirme a ellos.

lunes, 13 de abril de 2020

Insecurities over 9000

There was a time, not so long ago, where my body made me feel safe. In spite of not being besutiful, it was strong and resilient, and capable of providing  comfort and pleasure.
None of that is true now. Putting my panic aside and getting naked again, all I get is... a yawn.

Destruction.

Y luego está la culpa.

Estas palabras son infinitamente más difíciles de escribir que las de ayer. Porque duelen mucho más y porque llevan gestándose a fuego lento durante casi medio año. La culpa es un instrumento muy poderoso, sea autoimpuesta o no, puede llevarnos a hacer - o dejar de hacer - muchas cosas.
La culpa puede venir con nombres y apellidos. Los míos, los tuyos, los suyos. 

La culpa viene de alguien que toma malas decisiones y sigue sin aprender de sus errores. Que lo tiene todo a su lado y no lo aprecia, y lo cambia por una carcasa vacía de sonrisas superficiales. Alguien que es impresionable e ingenua, con el amor propio atrofiado; alguien a quien podrían sonrojar con cuatro palabras mal tiradas encima de la mesa. Fácilmente seducible por la misteriosa e intrincada lógica de una mente que esconde un vacío existencial, un "adulto" sin instinto de preservación ninguno, que va dando bandazos entre sus propias emociones y las esconde bajo una absurda capa de sardónicos chascarrillos. Ella, que es capaz de tirarlo todo por la borda - todo por lo que ha trabajado, todo lo que ha construido - por atención y halagos proyectados con muy mal gusto. Pero en el fondo no puede evitar sentirse especial, elegida por él para compartir cuatro migajas de inseguridades y traumas del pasado. Tiene complejo de salvadora, como heroína de una tragedia romántica de las que emiten en Antena 3 los sábados a mediodía.

El sentimiento de culpabilidad puede proceder, aunque solo hipotéticamente, de un treintañero que aún no se ha descubierto a sí mismo, y al que le gusta arroparse de su propia soledad jugando al ratón y al gato con esa chica joven que conoció en el trabajo. Si tuviera dos dedos de frente, podría sentirse culpable de interferir en la vida sentimental de esta mujer sin intenciones de que sus breves flirteos lleguen más allá de un polvo decepcionante en el rellano de su apartamento. Un parche efímero a la soledad de un tío al que siempre han dejado por el camino; pero es que eso es la vida: adaptarse o morir. Si, además de cerebro, tuviera corazón, podría sentir resquemor por jugar a alimentar los sentimientos de ella. Pero él se consuela porque en el fondo se está conteniendo, en el fondo... cree que la respeta. Que la valora. Él se dice a sí mismo que quiere que ella sea feliz mientras planta pequeñas semillas de dudas aquí y allá. << Deberían cuidarte mejor>>, dice. Dice también que la llama se apaga, pero que eso es normal. Y culpa de ella, también, por compartir demasiado de sí misma con él. Él cree que ha dado en el clavo, pero no acierta ni una. No sabe que no todas las personas son iguales..., y especialmente la tercera rueda de nuestra historia.

En cualquier caso, la culpa jamás debería proceder de donde resulta emanar con más fuerza. De un joven con la autoestima hecha trizas por dos décadas de rechazo hacia su cuerpo y su personalidad, nuestro canto rodado. De él, que lo daría todo por ella, que se esfuerza por comprenderla y cuidarla porque la idolatra, pero en el fondo se siente siempre insuficiente. ¿Por qué ella mira a otros? se pregunta él. Bueno, tal vez si estudio con más ahínco. O quizá si tuviera más dinero. O fuera más atractivo.
Él se esfuerza, pero ella no lo valora. Ella no lo ve. Él ve las series que a ella le gustan, pero no recibe nada a cambio. No sabe ya qué decirle, de qué hablar. Quizá son muy diferentes. A lo mejor tienen que conocerse más.
Y él, siempre ingenuo y positivo, se compromete a hacerla feliz, tiene claro que eso es lo que quiere; aunque no sabe cómo conseguirlo. El problema es que ella tampoco.

Al final, ella, adorada por ambos, aunque por distintos motivos, es un fraude. A uno lo hace sentir menos solo, el otro, pobre inconsciente, es demasiado bueno como para sentirse utilizado. Ella es peligrosamente explosiva, en toda su negatividad conocida, encontrada y reforzada. Demasiado torpe para reconocerse a sí misma y evitar los tropiezos recurrentes, para identificar los autodestructivos patrones de su pasado y eliminarlos finalmente de su vida. Ella se piensa y es pensada como inteligente, pero es la reina del sabotaje. Ella debería quedarse sola para aprender su lección de una vez por todas.
Hay gente a la que conviene evitar. Antes de que su fogonazo te lleve a ti por el camino.

Light over darkness.

Day brought a light as grey as my own feelings.
You told me once you associated languages to certain people. Heard that before: with situations, emotions, context. But not people, for some reason, although it makes perfect sense. I think that idea kind of sticks to me still now, so everytime my emotions are dyed in your colors - purple, stone grey -, I tend to naturally shift to English myself.

This is..., Harder than I expected.  I did write about you several months ago, hoping it'd be the first and the last time. 
You've overstepped the boundaries many times. So have I. I don't wanna let go of the many things we shared, the things we've...said. the things you are. What you bring out in me.
It's like everything you've said is recorded into my mind somehow. I...uh..., I remember that last night, when you admited you wanted to see me happy from the bottom of your heart. Gave me some good advice back then, and now again, even tho everything is ALWAYS so difficult with you, drama king.

But love is not supposed to be difficult. Real one, at least, is not. It's natural as sunlight, pure as oxygen. Naturally flowing, like one's breath.
This is me following your advice. Being happy, choosing wisely. Mind over body. Where could we go anyway, honestly? Maybe in a different world... A different time...

And you'll never know about any of this. Ain't it kinda funny? Took me ages to get you to open up just a tiny bit for me, to start sharing true feelings, memories, hopes, fears... Then, hours of conversation just kept flowing naturally through us. And now, I'm about to shut you off, away. Until it's over... Until we're over.
Funny enough, this...thing, whatever it is, only took place in my head. So it's time for me to retire and lick my wounds, Stone.

Bye.

Confused...

No entiendo qué está pasando estas últimas semanas... O meses, quizá;  mientras mi corazón late a destiempo, confundido entre dos ritmos muy diferentes, mis atontados recuerdos se demoran en lugares más felices de mi vida, en arenas blancas, fosos, paseos, horizontes infinitos, espuma blanca, medusas varadas en la orilla, perezosas tardes de pesca, siestas en el césped con la barriga llena de sandía, el agradable sol moribundo de un atardecer de septiembre, leyendo frente al Atlántico.

viernes, 10 de abril de 2020

Apocalypse.

Qué día tan bonito, pensé. Era casi una pena que estuviéramos en lo mejor de la mejor de las estaciones del año y no pudiéramos disfrutarlo. Sol, nubes dispersas, un cielo que invitaba a zambullirse en él, tibieza, olor a primavera.
El vacío de las calles, sin embargo, rompía con el ambiente. De alguna manera, resultaba irónico que no lloviera durante la única semana santa en cierto tiempo que la gente no podría salir a disfrutar. No es que a mí me importe ni lo más mínimo, para ser sincera, pero en esta clase de días... una espera encontrarse con las terrazas llenas, la gente paseando, corredores aislados, movimiento, vida.
Si pasas junto a las casas, la oirías, eso sí. Aunque hay ciertas cosas que uno no espera experimentar en la vida - una de ellas, un apocalipsis vírico - el bullir de la vida dentro de las casas y pisos de la ciudad compensa por la silenciosas soledad de las calles vacías. Caminando lentamente, arrastrándome casi por entre los adoquines para aprovechar lo mejor del sol de media tarde, suspiré de nostalgia mientras escuchaba llamadas, conversaciones, música, locutores de radio y grititos infantiles en los patios y jardines de las urbanizaciones vecinas.
Fuera o dentro, seamos sinceros, el ambiente se ha enrarecido. ¿Cuál es la chispa de salir a este exterior yermo, en serio? ¿quién puede disfrutar de una vida coartada, por bonitos que sean los rayos de luz que iluminan la vida incipiente en las copas de los árboles?
La tensión es densa como mantequilla. Casi podría cortarla y untarla en pan.

jueves, 9 de abril de 2020

Standby

Nights. I know I said before how nights are the perfect moment for tranquil redemption. How I was eased by it's peacefulness and how I liked to picture what could be going on everywhere, anywhere, from love to crimes, from fantasy to reality.
Words are indeed very powerful, almost as much as imagination. Words can change someone's life for good, from "you should say your goodbyes" to "I love you". I believe I have had quite a share of powerful words so far, life changing displays of letters and phonemes, but not everything just yet. I'm still waiting for a few of them - specifically from one person.
But that's not the point. What I wanted to reflect in here is how words allow us to depict something's appearance as either wonderful or terrifying. I'm not saying it's all just a lie, but a side of truth for someone, at a specific time...

It could be true for me, just for a moment, if only I could throw out a message of hope with the upcoming day.
It was a very cold morning today. I took a break from work and went out to the terrace to watch how the pastel colours of the sun made the stars fade way. The smell of humidity, the cold, birds' chirping..., it all remind me of my youth somehow: summer school camps, early rugby trainings, late walks home with my shoes on one hand.
I know I said I love the easiness of the night, but there's nostalgia in my mind now. Everything good came by with the hopes of a new day, a new beginning if you will. Daylight is warmness, brightness, the end of the standby and the beginning of action. Daylight is when things take place, when life happens.

It's funny that this is the way we came to find each other. We made the wheels turn again, bursting into life... Right in the standby of the world.

martes, 7 de abril de 2020

Nights...

If someone’s rational about it, you would probably say that the biggest perks of working a night
shift are related to the plus cash you get in your wage by the end of the month, the
peacefulness of the working office, the easiness in terms of finding a parking lot or skipping on
the morning jams. You could even consider the convenience to match your job with other
schedules, such as uni ones. It’s true tho, but that’s not it.
I wouldn’t say I like working night shifts, nor I hate them. Truth is, I don’t really mind, I could do
anything. Although I’m highly motivated by this environment, being realistic, the true reason I
enjoy the night is, most probably, the sky.
Ah, humidity in the air smells nice. The music of crickets, unstopped above every other not
existent sound. Voice echoes. It’s refreshing, awakening.
As a romantic, I’m a huge fan of the mysteries of the night. Time for crimes and murder in most
of my favorite novels; also a perfect timing for affairs and runaways. A time for a warm, cozy
cuddle with your s.o; as anything can happen in the dark.
For some reason, they just bring a very comfortable silence into my life. Almost as if my never
stopping inside voice got to shut down for a bit. I remember being a kid and sitting onto the
window to stare at the night sky when I could not sleep. Same at the hospital, watching the
dawn break into the Peace with its shy yet bright colors. The perfect moment for a late (or early)
book. For a quick chat with that boy from next door I liked; a beer and some nuts over a bench,
still wearing my pajama, with this former hookup. I think night’s definitely a good moment to stop
life and treasure some very special memories with the right people.
Like these very late late convos...