Pero, ¿cómo hacerlo, con lo que me gustaba? o eso era al principio, porque ahora es una obsesión en toda regla.
Letras mayúsculas, blancas e irregulares. Supongo que intenté forcejear con él cuando lo escribió. Supongo, también, que no luché con demasiada fuerza.
Él, que disfrutaba haciéndome sonrojar y utilizando mis mejillas luego de radiador. Él, que me tocaba el pelo cuando me hacía dos coletitas. Él, que fue el único a que le gustaron cada uno de mis cambios radicales. Él, que me abrazaba de cuando en cuando. Él, él, él. Él, que me sonreía. Que bailó conmigo. Él, que me miraba con falsa preocupación y se disculpaba con fingida sinceridad.
Y, a pesar de ello, estaba loca por él.
Y, sin embargo, no sé qué ha pasado. No sé qué he hecho mal.
No sé siquiera si debería volver a pensarlo. Probablemente solo sean estupideces que tan solo están en mi cabeza, y debería pasar página y pensar en otra cosa.
Probablemente tampoco haga mucho caso de absolutamente nada de lo que estoy sugiriendo....
No hay comentarios:
Publicar un comentario