Trato de verlo, pero no puedo. Solamente lo imagino. Me doy cuenta de que no creo que vaya a ocurrir, y eso me aterra y me apena a partes iguales.
Me veo yo sola allí y, francamente, no es una visión triste. Me veo como me vi en Japón: autosuficiente, pero en una versión mejorada. Me veo construyendo, decidida.
Me veo diferente. Me siento diferente. No, definitivamente, no soy la misma persona que comenzó el año.
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