Iba a escribir muchas cosas. Cómo hoy había sido un mal día, que estoy aburrida y triste, y enfadada, y que me siento usada, y mil cosas más que no vienen al caso.
He intentado correr a los brazos de la salvación, a mi lugar favorito en el mundo, pero no me siento bienvenida. Como si de la noche a la mañana se hubiera vuelto adulto, sus abrazos gritan que está ocupado. Demasiado ocupado para mí, en todo caso.
Por eso ahora vago perdida en la marea furiosa de mis emociones, buscando un puerto al que agarrarme.
Y nada. Nada capta mi atención. Tenía muchos planes para hoy, pero el interés se ha ido desvaneciendo a lo largo del día. O de la mañana, para ser más exactos.
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