Tengo que darle las gracias a quien me enseñó que todas las opiniones no son respetables. Hay opiniones sucias, dañinas, marchitas. Ideas que deberían estar extintas, o que no tendrían que haber existido. Son pensamientos que pueden romper y hundir a la humanidad si arraigan.
Así que no voy a aceptar lo que piensas. No voy a permitir que sueltes semejante falacia y te vayas de rositas dejando que alguien piense sobre ello, porque las ideas y las palabras tienen poder, son potenciales hechos y principios, y en un mundo en el que todos somos exactamente lo mismo... ¿quién va a pedir que se extienda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario