Algunas veces te evito, te ignoro, trato de alejarme del golpe, pero viene solo...
Leo, veo películas, salgo con mis amigos, duermo, estudio, invento..., pero siempre estás ahí, rondando. Y me haces feliz, pero eres como una sombra, intento asirte y no puedo. En parte porque estás demasiado lejos, y en parte porque otros brazos te atraparon antes que yo.
Eres como alguien que te pisa sin querer y te pone una tirita. Mil veces. Mil hermosas, dolorosas, malditas y adoradas veces. Y no lo puedes remediar, y quizá no me pises queriendo. A veces ni siquiera necesitas hablarme...
Entonces ellos, todos ellos se preguntan por qué no estoy escuchando lo que me dicen.
Es un dolor llevadero, ni siquiera me impide ser feliz, ya ves.
Hay días en que el cielo está nublado y la niebla se arremolina en las ventanas, y parecen días perfectos. En otras ocasiones, el sol y el cielo azul queman y pesan, y ciegan a una.
Es gracioso que ella te haga daño, y tú la quieras.
Y que tú me hagas daño, y yo te quiera a ti...
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