En realidad todo empezó con eso y ya está.
«Ven aquí.»
Y me rodeó con sus brazos.
Sus rizos me hacían cosquillas en la cara, y sonreí.
Él besaba mi frente, bajando por mi nariz,
Y luego ahí estaba, mirándome, a un centímetro de mis labios...
Ni él se lanzó ni yo me lancé. El instante fue eterno, sostenido, perfecto, y en perfecta sincronía nos acercamos al otro.
Y sus labios eran suaves y cálidos, sus dientes me reclamaban, mi lengua le buscaba sin mi permiso, mientras mi corazón galopaba en todos los lugares donde podía sentirlo.
El instante se sostuvo, en nuestros labios, en sus brazos, en mi cumpleaños, en la languidez, de puntillas, sus ojos castaños buscando mi mirada azabache, y se sostendrá mientras mire mis labios rojos como me hs mirado hoy...
Curr-Curr, me encantas.
viernes, 5 de septiembre de 2014
Come there
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