martes, 9 de abril de 2013
What else?
A veces echo de menos cosas que hacías antes. Una escena cotidiana como despertarte antes de cenar se hubiera traducido, hace unos meses, o haceunas semanas, en que te abrazases a mi cintura y remoloneases largo rato.
Hace unos días, antes de almorzar, me tumbé a tu lado y me abracé a ti. Juntos dejamos las mantas del sofá hechsd un cisco, nos reímos un rato, y luego nos fuimos a comer.
Pero esta noche, te he despertado de mil amores. De verdad que me estaba planteando irrumpir y solo encender ls luz, en plan cabrona, pero no soy capaz. No después de ponerte un cubierto bonito, una servilleta que no estuviera arrugada y tu vaso favorito para cenar.
Te acaricié suavemente el hombro y te llamé con voz dulce, a lo que tu me has respondido con un brusco y seco «voy»...
No sé si sabes lo que es tener que salir corriendo al baño para que tu familia, y menos la persona con la que intentas mantener distancias, vean cómo rompes a llorar. De soledad, de nostalgia, de rabia y de pena. Pero ya no soy una niña chica y creo estar en mi derecho de enfadarme y de cometer errores, y si algo no te gusta, en vez de ignorarme durante semanas podrías venir a hablar conmigo. Y no hacerme llorar, sabiendo la influencia que tienes sobre mí.
Eso sí, luego no me vengas diciendo que a ti tampoco te resulta fácil ignorarme, que lo estás haciendo porque a ti te da la gana.
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