martes, 9 de abril de 2013
Eyes Open
La verdad me golpeó como una maza y entonces lo vi claro.
Nunca cogería un avión hasta la isla donde vive el hombre al que amo. Nunca construiría mi futuro en un país a diez mil km de aquí, porque mis hermanos ya estaban construyendo sus vidas "definitivas" y, ¿Quién iba a cuidar a mis padres cuando ya no quedara nadie? Cuando mi abuela muriese, mi padre perdiera las fuerzas y mi madre requiriese 25h diarias de cuidado ¿Quién iba a quedar ahí, que no hubiera vuelto su espalda ya?
Miro a mi padre, a sus casi sesenta años. Se mantiene sorprendentemente joven y en forma, pero ya se le nota. Maltratado por más de media vida de trabajo y penas; Le cuesta respirar, se cansa, su pelo comienza a ralear y sus sienes están vetadas de sedosas canas gris oscuro.
Y miro a mi madre, desfallecida, pequeña y frágil. A veces no puedo evitar imaginar que su vida no será tan larga como la de alguien jormal, y ya tiene 50 años. ¿De verdad los abandonaré a su suerte a cambio de mi futuro? ¿Me encadenaré a un país hundido?
¿Cómo serán las cosas dentro de diez años, qué habrá sido de mis grandiosos planes...?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario