Pero era él quién pasaba su brazo por mis hombros, como si no me hubiera conocido esa misma tarde. Que era adorable, me dijo. No pasó mucho tiempo antes de que se fueran, y su beso fue demasiado confiado, demasiado prolongado. Mal situado, también. Cerca de la comisura de mi labio.
Desde fuera, parecíamos novios, estaba segura. Por más que intenté poner un poco de distancia, reiterando que tenía dueño(Para consultas y permisos especiales, acudan a la asistencia de Alejandro Castro, propietario de la aquí presente...)
Que no, tío, que mu bien, no me da la gana. Él dio por hecho desde el principio que yo no tenía novio ni pareja, dado mi comportamiento con Elba. Lo saqué de su error.
Pero eso pasó, y supongo que no tendré que volver a verle en algún tiempo.
¿No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario