Sin embargo, estas fechas me remueven. Por multitud de razones, sí, pero en especial porque hace casi un año de la ruptura más dolorosa de mi vida. En aquel momento no escribí demasiado acerca del cómo, por motivos obvios que ya no tienen razón de ser; y hoy, que al fin puedo hacerlo, me atemoriza. Hablar en clave ya no es suficiente.
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