lunes, 17 de febrero de 2020

Love

Nos hacen creer que hacer el amor se reduce a follar despacio y besarnos mucho, pero los que lo hemos hecho alguna vez sabemos que el amor solo se hace unas pocas veces en la vida, pero todas y cada una de ellas te marcarán por dentro con una huella indeleble, indestructible.
A hacer el amor se empieza no desnudando el cuerpo, sino el alma. Quitando las capas del pudor, de la vergüenza, despellejando cada una de las protecciones adicionales de las que pudiéramos disponer por la propia salvaguarda y dejando los sentimientos en carne viva. A hacer el amor se empieza con vulnerabilidad, con miedo, con inocencia, con un "te quiero" ardiendo en la lengua, abrazando la posibilidad de que el rechazo o el abandono merezcan la pena por unos sentimientos tan bonitos. El amor se hace también en la confianza, la imperfección, el cabello enredado, los ronquidos y la babita de la siesta, en pretender que el otro te ame con todos esos detalles que no te gustan y te hacen humano; se hace en los esfuerzos por ponerse guapo para el otro, en sonrojarse ante la expectación, en vestirse bien mientras uno desea ser desnudado.
Por eso, mi vida, podemos hacer el amor cada día y a cada momento, solo con dedicarle un pensamiento preñado de cariño y de ilusión al otro. Podemos amarnos con locura cuando nos damos un beso casto en los labios, acariciándonos los rostros, y también cuando destrozamos los somieres con tirones de pelo, azotes, lubricante y encaje fino. Podemos querernos hasta que duela, podemos odiar cada centímetro que haya entre nosotros. Podemos sentirnos conectados, y no solo físicamente, y estaremos haciendo el amor.
Perdóname, mi amor, si así pierde significado, si lo convierto en algo banal de tan reincidente. Perdóname si me gusta hacer el amor contigo a todas horas, porque contigo es extraordinariamente especial, porque siempre te llevo dentro y no solo cuando tu carne se clava en la mía. Perdóname si te he mentido diciéndote que no era virgen cuando nos conocimos, pero es que yo no sabía que nunca había hecho el amor antes. Perdóname si quiero desnudar el cuerpo y el alma para ti el resto de los días, las tardes y las noches que me quedan de vida.

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