sábado, 25 de agosto de 2018
Karmic relief.
Algunas veces, cuando me besas, siento un alivio visceral, kármico, como si apagaras un dolor que no me había dado cuenta de que sentía. Suavemente, se evaporan de mi conciencia las dagas afiladas que representan mi dolor, mi hermana, ese miedo impreciso al futuro que tanto me agobia últimamente, el recuerdo vago de mi ex (acuciado por sus palabras bonitas, los halagos y los alardes de comprensión) y, antes de que pueda seguir enumerando, se me olvida mi propia existencia, perdida en esa boquita suave y carnosa que tanto me gusta.
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