Hoy Minseob me ha dicho que podía sentir mi juventud, podía saborear esa frescura en mi risa, pero que al hablar y al verme estudiando parecía una persona diferente, o quizá mucho mayor, o puede que hasta de otro mundo. Esta literacidad no ha hecho sino resultarme un tanto chocante, porque, ¿quién me observaría tan detenidamente?
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