sábado, 31 de octubre de 2015

Misery.

No soporto el sufrimiento de la gente.
Ojalá que todos tuvieran quienes les cuidaran, y nunca tuviesen que estar solos.
Ojalá todas las personas se amaran sin condiciones, sin expectativas, sin miedos, sin barreras.
Ojalá todos los padres estuvieran siempre con sus hijos,
siempre en condiciones felices y sanas.
Ojalá pudiera yo curar las miserias de este mundo,
atender a los enfermos,
acompañar a los ancianos,
velar a los muertos,
y barrer toda la soledad.
Y que nadie tuviera miedo, ni dolor, ni pena. Nadie con hambre, ni con frío. Nadie sin familia, sin amigos, sin amor. Nadie sin deseos, sin esperanzas.

Pero no puedo sino experimentar los mismos miedos y dolores de todos los demás.
¿Quién hay que quiera cuidarme a mí como yo quiero proteger a todo el mundo?

miércoles, 28 de octubre de 2015

El Nuevo Testamento.

Mientras me planteaba cómo escribir esta entrada, diferentes comentarios vinieron a mi cabeza, la mayoría de ellos muy hirientes. Y es que hoy, miércoles 28 de octubre, al entrar en la facultad un señor ha intentado regalarme un ejemplar bilingüe (¡qué moderno!) del nuevo testamento. Instantáneamente repelida, he sonreído haciendo un gesto negativo con la cabeza y con la mano.
Cuando subí a la clase, muchos de mis compañeros tenían en sus manos el ejemplar de tapas blandas y azules. Algunos ni siquiera sabían por qué había ido a parar a sus manos. Otros divagaban, filosofando sobre pros, contras, barbalidades y bondades de las religiones. Muchos bromeaban sobre su utilidad como papel de fumar o como pira para una buena fogata.
Y yo planteándome el tiempo, el dinero y los recursos que se habrán gastado en esos librillos para que un puñado de adolescentes (o jóvenes adultos, si lo preferimos así) los almacenen, con suerte, en la balda más alejada de la estantería.
Más tarde, mientras caminábamos por la calle, una parte de mí se preguntó si no era una cosa horrible regalar un texto religioso delante de una universidad pública. Por la calle, más personas sostenían el Nuevo Testamento en sus manos. Algunos eran niños, que, a diferencia de nosotros (relativamente formados en lo que al aspecto ideológico/religioso se refiere) no pueden discernir.
No es la primera vez que veo que se regalan biblias en institutos, colegios, universidades o en la boca del metro. El día que fui a hacer selectividad, un hombre me persiguió para que me quedara con el anticuado librillo en edición de bolsillo hasta que le dije, ya con una sonrisa forzada "yo no creo en Dios", y entonces me miró con desprecio.
Así que:
Punto número uno: No les entreguéis biblias a los niños (mayormente porque no las van a leer). No les forcéis a hacer la comunión cuando tienen nueve años. Por favor, esperad a que sean mayores y puedan decidir en qué creen y qué quieren hacer con esas creencias.
Punto número dos: Si yo tengo que respetar las creencias de las demás personas, ¿por qué no pueden los religiosos aceptar que yo no tenga las mismas? exijo la misma deferencia para con mis ideas y para con las de todos aquellos que sean ateos, agnósticos o simplemente tengan fe en otro tipo de religiones/creencias/teorías o como queramos llamarlo.
Punto número tres: EDUCACIÓN LAICA. De lo contrario es adoctrinamiento.

domingo, 18 de octubre de 2015

You are never gonna find someone who doesn't wanna be happy.

Fran made an interesting point today, but it also turned my entire life in some kind of necessary procedure, somehow. Where does it leave all my purposes, if nothing matters but being happy? what's happiness? who am I and who do I wanna be?
His statement left my life with no sense. Suddenly, all I knew was that we, humans, have the exact same goal at the end. It means we are all conected in more ways that we thought and it also means that we have no power to decide what we are chasing. It's sort of competitive, isn't it?

Being a woman is the ultimate insult.

"What's the worst possible thing you can call a woman? Don't hold back now. You're probably thinking of words like slut, whore, bitch...
Now think of the worst thing you can call a man: pussy, fag, girl.
Did you notice anything? the worst thing you can call a girl is a girl; the worst thing you can call a guy is a girl too. Being a woman is the ultimate insult."
Words from Jessica Valenti's book.
And I wonder now: if you are telling that slut, bitch or fag are synonyms for "girl", aren't you being like the ones you criticize?
Men have always considered that being called "girl" is a wound to their manhood and thar's not nice at all. But how is a fag synonym for girl? Fag is an insult refered to homosexual attitudes in men, which is frequently associated with women stuff; a bitch is a girl that sleeps with a lot of men, or a woman that sells her body for money, isn't it? Is that a reallity for all women? Are we all bitches?
I'm actually not sure if I do like or not Jessica's words, but I guess that, as a woman, I'll have to figure it out.

martes, 13 de octubre de 2015

I don't ever wanna let you down

It's time to begin, isn't it?
I get a little bit bigger, but then I admit I'm just the same as I was
Now don't you understand that I'm never changing who I am?

lunes, 12 de octubre de 2015

This is me, and this is my Silent Scream.

It was time for a change.
When I created Silent Scream, I was still a kid. It was based on a blog I had before, and it showed how my mind worked: dark, red and white. Contrast and cursive. Twisted, sad.
I'm no longer the person I used to be whem I was thirteen (gladly), neither is my blog. It's still a quiet shout under the appearance of a whisper, but those are different type of worries and fears.
I wonder if I got better these past years. As a writer, as a person... I can't tell. I wish I can get more mature from now, and evolve from that dark to this new powerful light.
I think that this new look reflects who I am now.

Clocks.

Una dulce música se cuela por la ventana abierta, agitando las cortinas. No estoy segura de cuánto tiempo llevo soñando, pero mi voluntad se me escapa mientras me observo levantarme y echar a andar hacia el jardín arropada por la colcha blanca de verano, que arrastra sobre el mármol escaleras abajo. Se oyen pianos.
Toda la casa está sumida en la negrura, solo visibles los contornos de los muebles. Si esto fuera una noche real, ya habría encendido todas las luces, buscando figuras inexistentes entre las telas y los rincones, acechando. Música de violines.
Salgo al jardín, donde la humedad me abraza, erizando mi moño deshecho y el vello de mis brazos. Una voz masculina canturrea demasiado cerca, la luna iluminando sus cabellos de plata y una mirada de musgo y avellanas. Me mira, pero sé que no me ve. La letra está en inglés, pero se pierde entre las cuerdas y el susurro áspero de su voz. No entiendo nada, no puedo pensar, no puedo ver.
El frío va ganando la batalla y su voz se desvanece mientras me despierto.

domingo, 4 de octubre de 2015

Gloomy.

Sigue leyendo, y suspira. Es bueno realmente bueno. Corrobora su teoría de que el dolor es un incentivo para la escritura, y de que no es buena idea visitar blogs ajenos al suyo.
También se siente frustrada. Agacha la cabeza y contempla entre los enredos de cabello húmedo sus dedos, largos y regordetes, de los que solían brotar las palabras casi sin pasar por su cerebro. Tan solo acariciaba las teclas y ahí estaban sus pensamientos, y eran brillantes, pintaban todo un paisaje innovador que todos solían alabar. Entonces sus manos no eran tan blancas y suaves, ni lucían aquella manicura impecable largamente perfeccionada.
Alza una de sus manos inútiles y torpes y cierra la pestaña, con la mente llena de pensamientos críticos. Abre su blog y comienza a escribir, pero lo deja en borrador, y más tarde arregla el texto, y luce bien hasta que lo vuelve a releer, y lo borra y lo redacta una vez más, torpe y triste, frustrada por la misma felicidad, y lo publica y elimina la entrada, pensando el texto una y otra vez con palabras diferentes, idiomas diferentes, porque solo quiere ser mejor que los demás y no se da cuenta de que solo tiene que pensar en lo que siente realmente. Porque todo esto no es una competición ni ella tiene por qué ser mejor o peor que nadie, simplemente sincera. Sí, eso estaría bien.
Y llegada a una conclusión guarda el texto, decidida a no volver a buscar palabras para él de nuevo. Quita la música (un vals de Strauss) y sacude la cabeza, a sabiendas de que su actitud no tiene remedio. Secretamente se alegra de que así sea.

All they want is to critize.

Te critico mucho, pero eres el único que quiero que me escuche mientras razono. Para las cosas importantes ya están otras personas.
Pero a menudo te subestimo, y no sé qué haría mi cordura sin ti.
Yo te amo, blog mío.

Omen of death.

She keeps on saying that she is gonna die.
She is gonna bleed to death.
Her heart is failing.
All the things that scare me are chasing me into my nightmares.
All the images that I dreamt once are following me, even if I'm awake.
I'm trembling, shaking. And I'm cold, but that's not the reason. She is the reason.
Not believing that I love her. How could I not love her?
She is my mummy. My sick, skinny, weak mummy.
She is the one that taught me about music, cooking, fashion, sewing, health and books.
The one that taught me how to love myself.
The one I read to until she falls asleep. The one I can hug to feel safe, because I'm gonna be there whether she is alive or not. Squeezing her bony hands. I'm scared of my memories, I'm scared of not being there when she exhales her last breathe. I'm scared of not being able to remind her I love her above anything else.

And she keeps on fading.