lunes, 11 de septiembre de 2017

Qué bonito sería...

Déjame esta noche soñar contigo.
Déjame imaginarme en tus labios los míos.
Déjame que me crea que te vuelvo loco...
Déjame que yo sea quien te quite la ropa.
Déjame que mis manos rocen las tuyas.

Si algún día diera con la manera de hacerte mío...
Siempre yo te amaría, como si fuera siempre ese día.
Qué bonito sería jugarse la vida... probar tu veneno
Qué bonito sería arrojar al suelo la copa vacía.

Déjame presumir de ti un poquito.
Que mi piel sea el forro de tu vestido
Déjame que te coma solo con los ojos...
Con lo que me provocas me conformo

Déjame esta noche... soñar contigo.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Disconnect to connect

Tan cerca y tan lejos a la vez.
Sales con gente, pero no les contarías nada sobre ti mismo. ¿En qué los convierte eso? ¿colegas de salir? ¿compañeros? ¿semi-amigos? llenan el vacío, sí, pero es solo un momento. Sé que durante mucho tiempo me he sentido desconectada de mis amigos, pero ahora mismo realmente me gustaría tener uno, la clase de persona que te conoce mejor que nadie y con la que compartes recuerdos, y ambos lo sabéis todo sobre el otro.
Llenan el vacío, pero solamente a medias. Como ver a alguien a quien quieres, y hablarle, y no poder darle un abrazo. Me encantaría que alguien me abrazara, y dormir de la mano de otra persona, o acurrucarme con ella, siquiera sentir que está a mi lado. Me encantaría comer algo que hubiera cocinado mi padre, y agarrarme al pie de mi hermano para dormir. Me encantaría uno de esos abrazos de "ranita" de mi hermana. Me encantaría volver a casa

Como verte y no poder sentirte, tocarte, morderte, besarte. Tu voz, tu risa, eso llena el vacío, pero es solo un instante hasta que todo se me cae encima de nuevo. Te echo tanto de menos que duele.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Diario de la guiri más guiri de Japón: 0:35

Toda mi vida idealizando vivir fuera, estudiar fuera, mudarme fuera...
La verdad es que soy idiota.
Tonta de remate.

Llevo tres días aquí y ya pienso constantemente que quiero irme a mi casa. Después de media vida soñando con esto, luchando por esto... quiero irme a mi casa. La enormidad de las cosas se me viene encima. Necesito mi hogar. Necesito a papá y a mamá, y a mis hermanos, y a bae. Necesito sentir que no soy una extraña. Necesito hablar con gente, abrazar a gente, necesito amar a gente y dormirme acompañada.

Solo han pasado tres días. La gente estará como "no llores" y "es el sueño de tu vida", pero la realidad es que solo me entienden los que están aquí, como Carmen y los gaijin de mi residencia. La realidad es que todos estamos así, deshechos en lágrimas por las esquinas. Por alguna razón, aquí también lo tenemos todo, sin embargo... sin embargo, queremos que nos cuiden. La casera nos trata bien y nos ayuda, pero no es nuestra familia. Todas estamos igual, pero no somos amigas.

"¡Estás en Japón!" Bueno... que le den a Japón, quiero irme a mi casa. Quien dijo que esto era fácil y divertido, no lo ha hecho nunca. Sabía que iba a echarles de menos, pero no que las cosas iban a ser así de duras...

Tengo que aguantar... tengo que aguantar como sea...

Diario de la guiri más guiri de Japón: 2

And I can't get over crying over you.
(like... all day long)

viernes, 1 de septiembre de 2017

Diario de la guiri más guiri de Japón: las primeras impresiones.

- Japón está en silencio permanente. Tan en silencio que resulta escandaloso.

- Hay mucho más verdor del que me esperaba, es genial sentir que la ciudad no te oprime.

- Los japoneses van totalmente a su bola. Parecen engañosamente individualistas.

- No hay papeleras en ninguna parte, pero lo más curioso es que tampoco hay basura, ni siquiera hojas que se caigan de un árbol. Está todo gloriosamente limpio.

- No entienden el término "chotto" (un poco) aplicado a un idioma. Si ven indicios de que sabes UN POCO de japonés, te hablan en japonés y a toda leche, como la señora de inmgración.

- Todas las japonesas tienen la voz estándar, y esa regularización incluye un tono monótono e insoportáblemente agudo

Diario de la guiri más guiri de Japón: 1

Dicen que todos los lugares son diferentes, pero que el cielo es igual en todos lados. Cuando me bajé del avión supe que era mentira: las nubes bajas y grisáceas que encapotan el cielo japonés poco tienen que ver con los cielos de azul vibrante de mi país; pero tampoco es que tuviera muchas ganas de mirar hacia arriba. Con todo lo que había llorado en el viaje, mis ojos hinchados pasaban por los de una japonesa.
Como todas las instalaciones, ha sido compleja y tortuosa. No sé cuántas veces me he preguntado en las últimas 48 horas si esto es lo que quiero, y qué va a ser de mi vida personal y profesional si, como me he empezado a temer, esto no es lo que yo esperaba que fuera. He pensado que quiero volver a casa, que me voy a morir de aburrimiento y soledad, que me voy a rendir antes de tiempo, que todo me saldrá mal...
Pero aquí estoy ahora, sentada, instalada, limpia y alimentada. Estoy cansada, pero me espera mi cama cuando quiera. Estoy bien, tengo ganas de ir a la universidad y ver cómo es, y aprender mucho. Creo que los días no van a pasar tan lentamente como yo me creo, a pesar de lo triste que me siento ahora mismo sin los míos. Sé que va a ser duro, dicen que los primeros meses son los peores.
Pero estoy bien, de verdad que sí. Al menos, de momento.
Me doy cuenta de que este viaje está siendo muy especial. Lo mucho que me han ayudado estos días me ayuda a reencontrar mi fe en la humanidad, ahora solo falta creer en mí misma un poco.

lunes, 21 de agosto de 2017

Y hasta los peces nos oyeron.

Como un estallido, gemimos nuestro amor al océano, a la arena, a la miríada de estrellas que titilaban indiferentes sobre nuestras cabezas, jadeamos calentándonos las caras en la fresca humedad de la noche estival.