Pero no pasa nada: otra vendrá. Con una luz cálida también. Con la risa de Emma. Seguirá existiendo el maullido de Leia y también habrá gemidos, llantos, susurros, canciones y abrazos al dormir. Olerá a mis guisos caseros y sabrá a la sal de las marismas de Isla Cristina. Algún día será también el refugio de otras patitas, porque siempre echaré de menos ser mamá de perretes, y luego con los pasos, los lloros, los balbuceos y los logros de mi pequeño bebé. Nuestro bebé.
Otra casa vendrá, con un proyecto de equipo e ilusiones compartidas. Solo... Ten paciencia, ¿Vale?
Ojalá llegue algún día
ResponderEliminarDe verdad que os lo espero a ambos
Lo irónico es que la persona que ha mentido, ha engañado y ha dañado a la otra persona, sea la que se ha quedado en nuestra casa viendo cómo la otra persona vive sin recursos.
ResponderEliminarNo te estoy quitando nada, solo pido lo que me corresponde, o al menos algo para volver a empezar, ya que tú empezaste, de nuevo, hace mucho tiempo.
La empatía, como la ironía, depende del punto de vista.
No vuelvas a leer ni a escribir aquí. Este espacio es privado.
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