miércoles, 27 de agosto de 2025

Escribir es terapia.

Hay ciertos momentos de todo este proceso que sé que no se marcharán de mi cabeza, o quizá tardarán mucho en hacerlo. El día del adiós es uno de ellos.

Cuando me despondiste a los buenos días aquella mañana de un 27 de noviembre, mientras paseaba a mi perra, pensé que era bastante taarde y quizá te habías quedado dormido. No fue así; sentí desaparecer el suelo bajo los pies cuando me contaste que ella había espiado nuestra conversación a tus espaldas. Lo sabía todo.

- ¿Todo, todo? -. Quise cerciorarme
- Sí.
- ¿Y ahora, qué? -. Pregunté yo, estúpidamente.
- Hemos pensado que lo mejor es un contacto cero.

Hemos, repetí para mis adentros con amargura, y lancé al aire frío una risotada amarga. Días antes, había intentado terminarlo yo misma, con dignidad, bajo mis propios términos, pero no me dejaste ser libre. Me acariciaste con desesperación y, en las medias verdades que eran todo entonces, yo no fui sincera del todo. Ni conmigo, ni contigo, ni con nadie.

- Espero que sepas lo que significa esto...
- Sí -. Y, sin expresiones que avalaran tu gesto, parecías terriblemente sereno. - Lo siento.
Poco más quedaba por decir, salvo:
- Adiós.

Al menos la última palabra fue mía. Las emociones - miedo, pena, humillación, rabia-, amorzadas y maniatadas dentro de mi cabeza en un silencio impuesto y mullido, dejaron paso a la escisión inexorable de una parte de mí, que se extinguió calladamente en un abismo. Del desgarro empezaría pronto a fluir sangre, luego pus, pero todo eso estaría por llegar...; Bloqueé el contacto, vacié y eliminé el chat y me detuve un instante, con las manos temblorosas, intentando sentir algo. Deva se sentó a mi lado y gimoteó, como queriendo ponerle sonido a mi dolor. Yo busqué el calor que abrigaba el denso pelaje, algo húmedo, y me concentré un momento en el rápido golpeteo de su corazoncito. Pum, pum, pum haciendo eco en el silencio de muerte de mi cabeza. Quise poder sollozar para meter aire en mis pulmones, pero no pude ..., así que, con rigidez y lentitud, simplemente reanudé la marcha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario