Nunca pensé que pudiera amar tanto un espacio. Algo material. Aunque no es material lo feliz que he sido entre esas paredes, lo bonito que entra la luz en el dormitorio cuando cae el sol, el piar de los pajarillos en el patio trasero.
Dormiré allí hasta el último día que se me permita. Luego, se venderá. Me da igual el precio: ese hogar es invaluable para mí.
Mi refugio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario