sábado, 13 de abril de 2019

Sheets.

Qué bien hueles.
Como quiero que huelan mis sábanas el resto de mi vida, la verdad.
A hogar: dulce, fresco, suave. Me reconforta tu piel, no sé qué tendrá que me vuelve loca.
Anoche soñé que dormía contigo y, cuando me desperté, casi me enfadé por no sentir tu brazo espectral bajo mi cuello y tu cuerpo detrás del mío. Me produjo melancolía, te eché de menos y me sentí sola. Más dormida que despierta, alcancé el tirador de uno de los cajones de mi armario y saqué tu camiseta verde de los Celtics, que me queda grande como un vestido y, aunque ya no huele a ti, me sigue gustando sentir sobre mi piel. Cuando me la llevé a Japón, casi no me la puse: solo quería olerla de vez en cuando, siempre que me sintiera vacía. Estaba desnuda, así que me la puse y me llevé la tela a la nariz, pero solo encontré el aroma de mi suavizante y mi perfume, pero los recuerdos bastaron para sumirme de nuevo en un sueño tranquilo y feliz.

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