Procuro tenerte presente cuando es difícil dormir. Nuestro lío de piernas y tus brazos a mi alrededor. Tu respiración y tus latidos en mi oreja, o tu nariz contra la mía, tus labios entreabiertos y sus respiraciones pausadas, cuando me buscas dormido para darme besos en la frente, tu cuerpo suave, su olor, tu esencia en mi ropa y en las sábanas; e imagino que hacemos el amor despacio, con pasión contenida y besos eternos por todas partes, y que el espacio inexistente entre nuestros cuerpos odie cada centímetro que se interponga entre tú y yo. Después, abandonados y felices, dormimos satisfechos en mis fantasías y en mis recuerdos justo para que, quizá, me duerma yo.
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