Me he planteado abrir otro blog (léase con tonillo irónico: como no tengo ninguno...) dedicado a mis pesadillas, pero en realidad no le veo el sentido. No creo que escribir sobre ellas me vaya a ayudar en absoluto, ni tampoco veo motivo por el que fueran a desaparecer, o a disminuir la frecuencia con que aparecen por mi subconsciente.
Antes tenía una cantidad normal de pesadillas, y por normal entiendo ocasional. Tan de vez en cuando que no me molestaba en pensar sobre ellas; hasta que algo me agobiaba y me asustaba de dormir por las noches, temerosa de mi propio cerebro (más triste). He tenido las pesadillas normales: caer por algún lugar infinito, estar en medio de un desastre natural, soñar que alguien muere, o que estoy desnuda delante de mucha gente. También que se me caen los dientes (malditos aparatos) o que me persiguen, y también con exámenes suspensos. No es exactamente lo que me preocupa, pero sí puede estar relacionado con ello.
Esto, sin embargo... esto es algo distinto. Y no puedo encontrar una razón, una inquietud o siquiera un suceso que explique tantas de estas pesadillas, a veces absurdas, a veces absurdamente reales.
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