Pero que vuelvas a mi lado, lleno de nuevas palabras preciosas y de gestos lindos es como pegar los bordes de una herida con cinta adhesiva. Volverás a irte, y sangraré de nuevo, porque así funciona esto. Y hace dos años ya que sé de qué va todo.
Pero es tan dulce despertar con tus buenos días, que finjas preocupación cuando crees que estoy cansada, que me animes cuando el día es un poco más duro. Es tan reconfortante que te vuelvan a escuchar, y sentir que ambos estamos mejorando como personas juntos.
No sé siquiera si debería alejar de mí todas esas conjeturas cuando veo que me dedicas frases, canciones que me enamoran, cuando me doy cuenta de que tienes fotos mías por todas partes. ¿Puedo ilusionarme yaaaa? estoy deseando dejar a mi sangre correr por donde ella quiera, a mi corazón latir a la velocidad que le de la gana.
Todo va de disfrutar el momento o tratar de enviarte lejos de mí, de esos dos trocitos de cerebro que se pelean entre nubes rosas.
Ahora bien, ¿felicidad a corto plazo, o a largo plazo? ¿es eso lo que debo elegir?
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