Los sentimientos se enfrentan, chocan, despiden chispas y crujen, amenazando con romperme en mil pedazos.
Echo de menos a Bommie. No es el momento, lo sé. Nunca me había dado cuenta de hasta qué punto estamos diferenciadas. Dentro de mí, ella llora por SungMin, llora por Hyde, llora desconsoladamente por Hayley.
Pero un trozo de mi bias, de mi primera yo, vive en Qian. Vigila de cerca a sus amigos, sufre al ver cómo echan de menos a la persona feliz e ilusionada que fue una vez. Volver a hablar y a bromear con Hayley es lo mejor. Vigilar a Wookie no es tan doloroso como suponía, o al menos no tiene que vérselas con Minnnie.
Y sin embargo, aunque Qian es un sitio cómodo, no puedo estar del todo a gusto. No puedo dejar de echar de menos a Gyu Hyun, el único que ha permanecido relativamente ahí. Extraño a mi jefa. Y la situación con GD....
¿Quién soy? ¿qué puedo hacer? Comienzo a no tener ganas de ser Bommie nunca más, a temer el dolor. Nunca lo habría esperado de una Idol a la que amo con todo mi corazón.
A veces me pregunto...¿En qué estoy metida?
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