Pero por extraño que parezca, la ventana resulta más atrayente de lo normal. Apenas escucho lo que me dicen mis amigos, las bromas de Álvaro y Luca, y no consigo enfocar bien la vista. Persigo un buen sitio en la clase donde se pueda ver un trocito de cielo. Y contemplo las nubes desfilar. Parece que las dos semanas de descanso no han hecho mella en mí, siento los músculos doloridos y tirantes. Tengo sueño. Pero el sol es tan bonito, el cielo es tan azul...y sigo suspirando, mordiéndome los labios, dibujando e los márgenes de mis cuadernos, intentando escuchar algo, concentrarme en algo, pero se me van los ojos, y pienso, por un momento, sueño, que un chico alto y desgarbado me va a esperar a la salida del colegio, con una rosa roja, como me prometió, y me va a dar un beso, me va a llevar a casa, o al fin del mundo. Suspiro, imagino, sólo un fugaz destello, dos camisetas negras de Muse, dos sudaderas underground marrones, dos sonrisas, manos fuertemente entrelazadas. y suspiro de nuevo.
Y alguien me dice que tengo cara de estar enamorada. Sé que lo dice en broma, pero no puedo evitar sonreír...y pensar que tal vez sea cierto.
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